La idea aparecía clara desde el primer momento: divulgar y apoyar el producto de proximidad, el sector primario vasco y la concienciación medioambiental. ¿De qué forma podía hacerse en el contexto del Zinemaldia que fuera clara y a la vez innovadora? El Festival y HAZI, empresa pública del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, han creado el concurso de microcortos Eusko Label con la idea de realizar esa divulgación a la vez que presentar nuevos formatos y formas de filmar al acceso de todo el mundo.
Ayer se concedieron los premios otorgados por el jurado formado por Frédéric Boyer –actual director artístico del festival de Tribeca y ex responsable de la Quincena de Cineastas de Cannes–, Roberto Ruiz –reconocido chef vasco y maestro en cocinar la Alubia de Tolosa– y Anuska Ezkurra, responsable de comunicación de la viceconsejería de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco. El primer premio, dotado con 6.000 euros, recayó en Latxa, de Mikel Urretabizkaia, mientras que el segundo, con un importe de 4.000 euros, fue para Soroborda, del joven cineasta peruano Pablo Tizón.
El concepto es el de aunar creatividad audiovisual y producto donostiarra, que el Festival pusiera el foco en el producto hecho aquí. La viceconsejería lleva años colaborando con el certamen otorgando el premio Euskadi Basque Country-Embajadora del Producto Local, que el año pasado fue para el actor Chino Darín y este año para la actriz Marisa Paredes. El trabajo del Festival y el concurso Eusko Label demuestran una sensibilidad extrema hacia el producto local y, sin duda, ayudará a su difusión. La realización de microcortos marcan el camino y los organizadores esperan que no sea nada más que el punto de partida para logros aún más importantes.
¿Cuál era la premisa? Que los cortos estuvieran rodados con un teléfono móvil y no sobrepasaran los tres minutos de duración. El móvil se aventura como una nueva forma de filmación cinematográfica desde hace unos años y, de hecho, cineastas consagrados como Steven Soderbergh y Xavier Dolan la llevan practicando –con el dispositivo cámara de móviles más sofisticados– con resultados muy interesantes.
Diecinueve trabajos fueron finalmente los presentados en esta primera convocatoria del Premio Eusko Label. Y aunque no fuera una premisa absoluta, debían de un modo u otro retratar, apoyar o valorar premisas como la sostenibilidad en el mundo agrario, ganadero y pesquero o los productos locales. Seis de los diecinueve pasaron el corte definitivo.
La valoración de los organizadores y jurados es muy positiva en este sentido, pues el corto ganador, Latxa –en relación a la oveja latxa, raza ovina propia del País Vasco, Navarra y parte de Cantabria–, es redondo desde el punto de vista del mensaje, los valores rurales y el mundo del pastoreo, la elaboración del queso, poner en valor el kilómetro 0 y el bienestar animal. La gente retratada en apenas tres minutos, capturada con esa cámara móvil que impone más cercanía, ha hecho ese trabajo toda su vida. El segundo microcorto se centra en un recurso esencial como es el agua, contado de una manera muy precisa y original a partir del trabajo diario del operario de una estación meteorológica manual que lleva más de sesenta años funcionando ininterrumpidamente.
Los otros cuatro cortos seleccionados son 12 sahiets, de Amaia Sansebastian Larzabal, reformulación de la historia de Adán y Eva; Beste era batzuk (Otras maneras), de Nestor Urbieta Goenaga, en torno a un joven que realiza pesca submarina; Label disko, de Maddi Arzallus y Jesús Zúñiga, sobre gastronomía y diversión, y El más buscado, de Alex Alonso y Alessandro Meli, en forma de thriller sobre mafiosos.
No es un premio pequeño pese a que el tamaño de la improvisada cámara con la que están hechos los filmes pueda parecerlo. Por ello, los dos directores premiados recibirán sus respectivos galardones en la gala de clausura del Festival, el próximo sábado.
Q.C.