Nacida en Barcelona en 1942, los años 70 fueron una época de esplendor para Mónica Randall. Su éxito en televisión se vio acompañado por su participación en algunas de las películas más emblemáticas de la historia del cine español como Mi querida señorita, Cría cuervos o La escopeta nacional. Dentro de esa nómina de títulos también está Furia española que la actriz rodó en 1975 con Francesc Betriu y que ha sido restaurado por la Filmoteca de Catalunya añadiéndole los veinte minutos de metraje original que la censura cercenó. Esa copia restaurada es la que pudo verse ayer en el Zinemaldia dentro de la sección Klasikoak.
Me imagino que estará feliz de presentar una película como Furia española en su versión íntegra, sin los cortes que impuso la censura.
Pues sí, aunque si te soy sincera no me acuerdo de cuáles fueron esos cortes, no sé si se cebaron con mi personaje o con la película en sí, que es lo más probable porque se trata de una obra muy heavy. Es una obra bastante precursora de buena parte del cine español que se hizo después. David Trueba, que ha venido al pase, me decía que todo el cine de Almodóvar y de otros directores que debutaron en los 80 no se puede entender sin el antecedente que supusieron películas como Furia española.
¿Es verdad eso de que fue la última película que vio Franco en vida?
Sí, es verdad. Me imagino que lo hizo atraído por el título de Furia española. Seguramente se esperaba ver otra cosa. Imagínate el disgusto que le dimos con esa última secuencia donde salgo yo con el bikini del Barça. No me extraña que al poco muriera (risas).
Lo cierto es que la película, más allá de otras consideraciones, desprende una energía muy en consonancia con el convulso momento político que vivía el país.
Sí, pero en aquel momento los que nos dedicábamos a hacer películas tampoco éramos muy conscientes de eso, no pensábamos que estábamos alumbrando obras que luego tendrían la repercusión que tuvieron.
Algunas incluso tuvieron impacto internacional como Mi querida señorita o Cría Cuervos…
Mi querida señorita fue otra película adelantada a su tiempo, sobre todo tocando el tema que tocaba. En EE. UU fue un éxito, estuvo incluso nominada al Oscar. Luego los americanos quisieron comprar el guion para rodar un remake y José Luis Borau se negó, ante lo cual hicieron aquella película de Tootsie con Dustin Hoffman que contaba prácticamente la misma historia. Con Cría cuervos fuela primera vez que fui consciente de la repercusión que tenía nuestro trabajo. Yo entonces solía ir con cierta frecuencia a París y me acuerdo que un señor me paró por la calle y me preguntó: “Excusez-moi, madame, êtes-vous l’actrice de Cría Cuervos?”. Aquello me dejó anonadada.
Volviendo a Furia española, el papel que interpreta usted en esta película atesora una carga de modernidad bastante acusada.
Sí, es una mujer que asume el control de su propia sexualidad, que se acuesta con quien le apetece, aunque en la mayor parte de los casos sean señores bastante raros (risas). Yo quería hacerla más salida, pero Paco Betriu me dijo “no Mónica, tu interprétala como si fuera una mujer normal a la que le gusta mucho el sexo y ya”. Ahora lamento haberle hecho caso y no haber llevado el personaje más al extremo, creo que el tono de la película lo demandaba. Pero me gustó mucho interpretarlo, es de las pocas veces que me han cogido para hacer de pobre, quizá por eso me gusta mi trabajo en esta película, por eso y por la propia singularidad del personaje que me resulta muy cercana. Yo siempre he sido una mujer adelantada a mi época.
Usted lleva varios años sin hacer cine ni teatro. ¿Por qué?
Pues porque me retiré. Por una parte, solo me llamaban para hacer televisión con unos horarios de trabajo brutales y a mi nunca me ha gustado trabajar así. Y luego también ocurre una cosa y es que solo me llamaban para hacer de señora rica y eso me aburría. Lo peor que puede pasarte en esta profesión es aburrirte, este es un trabajo vocacional. Así que entre el paso del tiempo y esa pérdida de ilusión opté por alejarme de los focos.
Jaime Iglesias