Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña llevan formando tándem creativo desde la primera película del cineasta, Stockholm, largometraje que supuso una auténtica revelación. Después vendrían Que dios nos perdone, con la que ganarían el premio al mejor guion en el Festival, y El reino (con la que volvieron a competir por la Concha de Oro dos años después). Ahora regresan a Donostia sin la presión que impone el concurso y con un film como As bestas que, tras su paso por Cannes, ha sido estrenado en Francia donde ya ronda los 300.000 espectadores: “Es un éxito un poco raro – comenta Sorogoyen–, dado que no lo estamos viviendo in situ y, como tal, tampoco nos llegan los ecos de ese entusiasmo, pero las cifras están ahí”. Isa Peña, por su parte, anhela que dicho éxito se reproduzca en las taquillas españolas y, en ese sentido, reconoce que el Zinemaldia es un escaparate de lujo: “Estar aquí es un regalo, le da a la película una presencia y una proyección que van a ser muy importantes para cuando estrenemos en noviembre”.
Lo cierto es que el proyecto de As bestas es anterior en el tiempo a El reino y Antidisturbios, la laureada serie de Movistar + que ambos presentaron también en el Festival. “Llevamos trabajando en este guion desde 2015 y al principio era una historia de confrontación con un componente de tragedia, pero según fuimos conviviendo con la película, descubrimos que de lo que realmente estábamos hablando era de la violencia como una construcción masculina y nos sedujo mucho esa idea”, apunta Sorogoyen. A su lado, su guionista, Isabel Peña, asiente y apunta: “La estructura de la película se fue definiendo en términos estéticos, pero al final escribir consiste en eso, en ir trazando una evolución que te termina por conducir al verdadero tema de la película”.
El film, ambientado en una aldea gallega, narra las tensiones entre un matrimonio francés, que se instala en una remota aldea gallega con la idea de rehabilitar el lugar y vivir de la agricultura, y los vecinos de dicho pueblo, que anhelan juntar todas las parcelas del concello para vendérselas a una empresa de renovables. Un conflicto que representa el clásico enfrentamiento entre atavismo y civilización que nos retrotrae a películas como Perros de paja de Peckinpah o a clásicos del western, un género que Sorogoyen tuvo muy presente al buscar las localizaciones del film que acaban siendo un personaje más: “El estilo visual te lo da la historia y ésta demanda un tipo de paisajes. Igual ese tono que tiene la película viene dado por estar ambientada en el campo, un lugar que inspira sosiego, lentitud. De ahí que el film no tenga el ritmo hiperfrenético que tenían nuestras películas anteriores. Pero toda la segunda parte de As bestas está guiada por una mirada mucho menos furiosa y más moderna, la del personaje de Olga, de ahí que el estilo visual sea otro”.
Rodrigo Sorogoyen se confiesa poco amigo de un concepto como el de “dirección de actores”: “Para mí al final se trata de psicología. Es un trabajo que demanda tiempo, confianza, empatía y cariño. La verdadera dirección de actores tiene lugar en el casting. Una vez elijo a los intérpretes que tú consideras más idóneos, ya puedo intuir a lo que me voy a enfrentar”. Quizá por eso uno de los aspectos más comentado de la película sea justamente el trabajo desarrollado por su elenco, un grupo de actores muy ecléctico, cada uno de los cuáles trabaja en un registro muy distinto sin que eso afecte al tono del relato. Dicho trabajo de composición refuerza la ambigüedad de unos personajes y de una película que resulta manifiesta ya desde el mismo título As bestas: “No esperarás que te descifremos por dónde va el título –comenta entre risas el director–. Lo cierto es que para nosotros resulta muy sugerente porque además permite que el espectador lo matice y enriquezca a partir de su propia visión de la película”.
As bestas no será la única obra de Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña que va a poder verse en esta edición del Zinemaldia. Su nombre está detrás de uno de los episodios de Apagón, la serie de Movistar Plus que el próximo viernes se estrenará en el Festival con carácter exclusivo: “El cine te deja un cierto margen de libertad que trabajando para la televisión está más restringido, aunque al final depende del tipo de proyecto en el que trabajes. Apagón, como Antidisturbios son series con un estilo muy definido y una mirada de autor muy potente”.
Jaime Iglesias