El diputado de Medio Ambiente y Obras Hidraúlicas de la Diputación Foral de Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, y el director del Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos, han anunciado esta mañana que el certamen será la primera entidad de Gipuzkoa en compensar su huella de carbono a través del Fondo de Carbono Voluntario de Gipuzkoa. Asensio ha felicitado al Festival por “su firme y decidida apuesta por la defensa de la sostenibilidad en un evento de impacto mundial”, y ha agradecido “el gran esfuerzo que realiza la organización para posicionarse como un festival internacional climáticamente neutro que calcula, reduce y compensa su huella de carbono”. “Este hito –ha añadido– posiciona una vez más a Gipuzkoa en la vanguardia del compromiso climático”.
El cálculo total de emisiones realizadas por el Festival, que tomó como referencia la última edición anterior a la pandemia (2019), ascendió, una vez completado el análisis de su huella de carbono, a 5395 t CO2 eq. En esta cantidad se incluyen las emisiones producidas tanto durante el proceso previo de preparación como aquellas propias del evento en sí. El porcentaje de estas emisiones derivadas del transporte, según el informe, constituían el 75% (4046,25 t CO2 eq). José Luis Rebordinos ha explicado que en un evento como el Zinemaldia los vuelos internacionales son prácticamente imprescindibles y de difícil paliación en lo que respecta a su huella de carbono, de modo que en esa área resulta imprescindible optar por la compensación.
“Durante este año queremos afianzar la transición hacia un festival más sostenible que comenzamos en 2021”, aseguró Rebordinos. Así, el certamen continúa en su labor de reforzar medidas como las del incremento en la recogida de residuos, la utilización de leds o la opción por contrataciones más sostenibles, entre otras. A ellas se sumarán ahora acciones de compensación como las que promueve la Diputación, ya que “el Festival de San Sebastián no podrá ser un evento ni una institución de emisión neutra si no se combinan la compensación y los cambios en los procesos de trabajo”.
En este primer ejercicio, el Festival compensará más de la mitad de las emisiones que genera hasta llegar al 53%. En esta compensación se alcanzará el 70,21% de las emisiones totales derivadas del transporte. En términos de dinero, la compensación de 2840,81 t CO2 eq alcanza un valor monetario de 25.000 €, cantidad que se donará íntegramente al Fondo de Carbono Voluntario de Gipuzkoa para su inversión en proyectos de mejora de infraestructuras verdes locales que ayuden a regenerar la funcionalidad de los sumideros de carbono naturales de Gipuzkoa, principalmente bosques y mares.
Además de la compensación de la huella de carbono, el Festival y el departamento de medio ambiente refuerzan su compromiso para utilizar una moqueta reciclada y reciclable para las alfombras rojas tanto del Kursaal como del Victoria Eugenia.
El diputado José Ignacio Asensio ha destacado que esta iniciativa de apostar por una alfombra roja sostenible “supone un hito significativo ya que, además de la importante y reconocible carga simbólica que ostenta como elemento identificativo del Festival, es un claro ejemplo de aplicación de los principios fundamentales de la Econonomía Circular, al mantener en el propio territorio toda la cadena de valor, desde la fabricación hasta la producción y posterior recuperación”.
En esa línea, tras la inminente septuagésima edición del Festival, la alfombra roja, por la que este año desfilarán figuras cinematográficas de la talla de Juliette Binoche, será reciclada por la empresa Sin Desperdicio, del Grupo Emaús Fundación Social, que fabricará bolsas 100% recicladas, y cuyas asas estarán confeccionadas a su vez por la empresa Spanset a partir de cintas de amarre de camiones. Dichas bolsas serán entregadas al Banco de Alimentos de Gipuzkoa, que las utilizarán como soporte de los productos donados a quienes los necesiten llegado el momento.
La moqueta de la alfombra roja es 100% reciclada y reciclable. El material de confección de la alfombra, el poliéster, garantiza plenamente su reciclaje, ya que mientras se evite su mezcla con otro tipo de materiales que no puedan ser eliminados previamente, podrá completar su vida útil reconvirtiéndose nuevamente en fibra de poliéster, permitiendo así un nuevo ciclo de usabilidad sostenible en una muestra categórica de modelo circular.