"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Hace dos años, Las niñas, ópera prima de Pilar Palomero, se convirtió en el film revelación del cine español. A su triunfo en el Festival de Málaga le siguió el éxito en ‘los Goya de la pandemia’ donde se hizo con cuatro galardones, entre ellos el de mejor película. De ahí que hubiese lógica expectación por confrontarse con el segundo largometraje de la directora aragonesa, y más, de hacerlo en un escaparate como el que brinda el Festival. A tenor de las reacciones suscitadas por el film tras su proyección ayer en el Kursaal, podemos intuir que dichas expectativas se vieron satisfechas con una obra que suscitó una honda emoción, no solo entre la prensa y el público, sino entre las propias protagonistas de la película que a duras penas pudieron contener las lágrimas mientras compartían recuerdos del rodaje.
La maternal, según reconoció Pilar Palomero, parte de una sugerencia que le hizo Valerie Lapierre, productora de éste y de su anterior largometraje, para que fuera a visitar un centro asistencial para madres adolescentes: “De entrada se trataba de una realidad que no me tocaba de cerca, pero cuando conocí los casos de todas estas chicas, su entusiasmo a la hora de compartir su historia me hizo comprender que ahí estaba mi próxima película, que necesitaba contar aquello”. Palomero reconoció que fue un trabajo atípico en la medida en que “fui escribiendo el guion en paralelo al proceso de investigación”. Quizá por eso su película rezuma tanta verdad (hasta el punto de incluir secuencias que lindan con el cine documental), por eso y por un reparto donde comparecen muchas de las jóvenes madres con las que fue entrevistándose la directora mientras preparaba la película. Casi todas ellas estuvieron presentes en la rueda de prensa y hablaron de cómo les ha transformado la vida su participación en el film. De entre todos los testimonios quizá el que resume de manera más precisa el sentir de todas ellas fue el de Estel Collado, al afirmar: “Es emocionante cómo de una experiencia tan mala como la que pasé en aquellos años ha podido salir algo tan bueno como esta película. Ojalá sirva para que todas las chicas adolescentes que se quedan embarazadas dejen de esconderse. Yo hoy puedo decir que estoy muy orgullosa de vivir lo que he vivido”.
En este sentido, Pilar Palomero precisó que su película no busca dar respuestas al espectador: “En primer lugar porque yo misma no tengo una respuesta clara que ofrecer sobre este tema, pero, sobre todo, porque el cine que más me interesa como espectadora y como directora es aquel que propone reflexiones y que genera preguntas”. Además, la directora también apuntó que “frente al tópico de que trabajar con adolescentes es difícil, yo tengo que decir que tanto en esta película como en Las niñas he disfrutado mucho de la experiencia, pues me he encontrado con gente con ganas de darlo todo”
A modo de anécdota, la cineasta confesó que el guiño que contiene su película al film Jamón, Jamón, de Bigas Luna, es intencionado: “Rodamos en el mismo bar de Los Monegros donde él filmó aquella película y de cara a empezar a construir el guion me imaginé que el personaje de Ángela Cervantes podía ser la hija de Silvia, el personaje que hacía Penélope Cruz en aquella película, de ahí que se llame Penélope”.