"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La primera vez en San Sebastián del realizador islandés Hlynur Pálmason promete ser intensa. Miembro del jurado de la Sección Oficial, además presenta a competición dos películas (Nest y Godland) en la sección Zabaltegi-Tabakalera. Nombre reconocido dentro del circuito de festivales, con marcada personalidad como cineasta, y presente en dos secciones del Festival ventanas del cine actual, su mirada se nos antoja particularmente autorizada…
¿Son tiempos críticos para el cine contemporáneo en este contexto de redes sociales, streaming, inmediatez y aceleración…? Su cine es todo lo contrario.
Veo mucho cine y me gusta el que se está haciendo, pero en mi casa acudo más a películas viejas. No sé por qué, seguramente es el mismo sentimiento por el que me gusta también hablar con gente de otras generaciones. Quizás busco algo más allá de lo que está sucediendo en el momento presente. Por eso es muy bueno para mí también ir a festivales y compartir opiniones con gente del cine contemporáneo. Y descubro películas realmente buenas. El cine lo está haciendo bien, pero hay mucho dinero y demasiado foco en el streaming, que me interesa menos, porque mi sensación es que realmente no apoyan al mejor cine actual, lo cual me parece un problema.
¿Influye su modo de concebir el cine a la hora de ejercer su labor como jurado? ¿Qué cree que puede aportar y qué le afecta a la hora de decidirse por una película u otra?
Soy muy apasionado con el cine y me lo tomo muy en serio. Es lo primero que puedo aportar. Le daré a cada película su tiempo, estaré con actitud muy abierta. Espero que las películas me sorprendan. Una película debe ser sincera, que los cineastas pongan el corazón en ello, que sean ellos mismos, pero no tienen por qué ser de un tipo de cine como el que yo hago. Veo películas que me parecen preciosas y no tienen nada que ver con mi cine. Pero sí que su cine tiene rasgos muy identificables, esa vocación por captar la esencia del tiempo… El tiempo es el núcleo del cine. Cuando
presento la película en una sala lo que hago es ofrecer tiempo registrado por mí entre un montón de posibilidades, un montón de minutos en la oscuridad. Y lo que hay que conseguir es captar la atención y arrastrar a una experiencia.
También concede muchísimo poder a la imagen por sí misma.
Sí. Trato de imaginarme cómo será la película cuando la escribo: hacia dónde va la narración, quién es este personaje… Y utilizo el material que voy grabando para que la imagen funcione de estímulo de la propia escritura. Empleo largo tiempo para hacer una película. Por ejemplo, empecé con Godland en 2013 y la he terminado en 2022. Hubo muchas reescrituras, muchos hallazgos a lo largo del proceso. Al final, hacer una película tiene mucho de descubrimiento.
GONZALO GARCÍA CHASCO