"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Nueve meses, más de medio año, son los que lleva Julia sin conocer el paradero de su hija. La protagonista se dará cuenta de que no está sola en esta búsqueda: cientos de mujeres viven con la esperanza de
encontrar a sus seres queridos desaparecidos en México.
Ruido, tercer largo de Natalia Beristain (Ciudad de México, 1981), es un proyecto conformado por madres, hijas, mujeres tanto en la ficción como en la no ficción. Su madre, Julieta Egurrola, es la protagonista de este film. Egurrola confiesa que ésta es “una situación extraordinaria. Hace años mi hija me dijo que sería la protagonista de su próxima película. Cuando leí el guion entendí lo que implicaría meternos en ese dolor. La violencia que envuelve todo esto, la cantidad de desaparecidos que hay hoy en día y, sobre todo, la cercanía que hemos sentido con los familiares, todas las madres de tantos desaparecidos, colectivos... Esto nos ha servido para darnos cuenta de que hay que protestar, hay que gritar para que esto no se convierta en un tema indiferente para el mundo. Es importante hacer ruido, tenemos que ser solidarios con estas familias que necesitan tanta visibilidad”. Precisamente, ambas coinciden en que no es un tema fácil de abordar, aunque Beristain tenía la idea de hacer esta película desde hace más de “diez años. Fue una idea que se fue construyendo a lo largo del tiempo, no me sentía con las herramientas o las ganas de querer entrar”. Pero, en esos años “seguía leyendo, investigando, escribiendo secuencias sueltas. Creo que fue a partir de mi maternidad cuando este tema me estampó en la cara y, en ese momento, me sentía en una mejor posición para abordar o intentar abordarlo”.
Con este proyecto, Beristain entendió que “la ficción me daba un marco con el que podía enlazar muchas de las historias que había conocido en el camino. En este film la metodología fue levantarse todos los días e investigar y leer, pero, también, hablar de cerca y de primera mano con las familias que viven esto en su día a día”. Además, la cineasta coescribió el guion con Diego Enrique Osorno, periodista “muy reconocido que conoce a muchas de estas familias. Fue un vínculo importante para que confiaran en escuchar lo que les teníamos que proponer y ya, después, decidir si querían compartirnos o no parte de su vivencia”. Sobre este proceso de conocer, de empaparse de esas historias, madre e hija coinciden en que era importante introducir esa realidad en la ficción; ver y escuchar a las personas que viven esta realidad. “Entrevistamos a muchos colectivos y finalmente terminamos trabajando con Voz y Dignidad. Es una de las cosas más increíbles que me han pasado en estos años, estar cerca de estas mujeres. Cuando decidieron ayudarnos, entrar en Ruido, lo hicieron como lo hacen todo: con mucha generosidad”, afirma la directora.
Natalia ha dirigido No quiero dormir sola (2012), que se estrenó en Venecia y Los adioses (Premio del Jurado en el Festival de Morelia). También ha dirigido series como “Historia de un crimen: Colosio” o “Luis Miguel: la serie”.
Para ella, lo importante de Ruido es que “es una película atravesada por historias muy violentas, muy brutales, pero también está abordada desde un lugar amoroso y, donde aún dentro del horror, hay posibilidad de gozo y de esperanza”.
María Aranda