"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El 2 de junio de 1978, apenas un año después de que en España tuvieran lugar las primeras elecciones democráticas tras el franquismo, un grupo de 45 reclusos protagonizó una espectacular fuga de la cárcel Modelo de Barcelona. Aquel episodio fue el punto de partida para que Alberto Rodríguez y su guionista habitual, Rafael Cobos, desarrollasen la primera versión del guion de Modelo 77, la película que ayer inauguró la Sección Oficial del Festival y en la que ambos llevan trabajando desde 2005: “Empezamos a desarrollar la historia de aquella fuga y nos llamó la atención que en un sitio como la cárcel, que es un lugar donde se aísla a las personas, en aquellos años existiera un espíritu de unión tan fuerte entre los presos hasta el punto de acometer acciones de protesta conjunta”.
Esa paradoja fue la que llevó al director sevillano a ampliar el horizonte del relato y conferir al mismo una dimensión política contando lo que fue la vida en aquella penitenciaría durante los primeros compases de la Transición. Un período en el que surgió la Coordinadora de Presos En Lucha (COPEL), un colectivo creado por presos comunes en aras de acogerse a los beneficios de la Ley de Amnistía de la que disfrutaron los presos políticos. Según Rodríguez, “una cárcel siempre es el reflejo de la sociedad y, como tal, en aquel 1977, ese grito de libertad que se escuchaba en las calles llegó a las prisiones”.
Cuestionados sobre los ecos de aquel pasado que pueden percibirse aún en España, los dos protagonistas de la película, Javier Gutiérrez y Miguel Herrán, escenificaron (casi en paralelo a lo que ocurre con sus personajes en el filme) la brecha generacional que les separa. Javier Gutiérrez, más escéptico que su compañero, reconoció que “este auge de la extrema derecha que vivimos en Europa no me hace ser muy optimista. La Transición fue una época con más grises que blancos, pero, viéndolo en perspectiva, me da cierta envidia que gente como los protagonistas de esta película, con todo en contra, fueran capaces de unirse y conseguir lo que consiguieron. También es verdad que la Modelo era una cárcel que estaba en el centro de una ciudad como Barcelona. Hoy las cárceles están aisladas, como lo estamos nosotros mismos; la pandemia nos ha vuelto más individualistas”.
Herrán, frente a su compañero, dijo ser optimista ante la posibilidad de que las cosas cambien en nuestro país: “En España venimos de dónde venimos y los procesos de cambio son largos. Esta película habla de unos hechos que acontecieron hace muy poco. De todas maneras, lo que sí puedo decir después de haber rodado Modelo 77 y de haber hablado con gente que, en aquellos años, participó en los acontecimientos que narra el film, es que urge transformar el sistema penitenciario que tenemos, porque aquí no reformamos, solo castigamos”.
Pese a que la película invita a una lectura política evidente, su director insistió en que “esa lectura está a un segundo nivel y le corresponde al espectador hacerla. Nosotros queríamos rodar una historia humana muy potente y lograr que fuera entretenida”.
Jaime Iglesias