"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Es el último día del Festival. Durante nueve jornadas, la ciudad fue ocupada por un caudal de gente en constante movimiento, en corrientes que acompañaron el curso del Urumea de Tabakalera hacia el Kursaal, y siguieron el paseo marítimo entre los cines Príncipe y Antiguo Berri. El mar Cantábrico y el río que parte la ciudad en dos se convierten en figuras difíciles de evitar, tanto para el visitante que llega por primera vez a San Sebastián, como para el habitante que conoce, casi de memoria, sus calles. Su presencia calma el espíritu y le da color al devaneo cinéfilo. La intensidad de la actividad de estos días cubrió de densidad una ciudad que, tras los estragos de una pandemia que no termina, salía de un verano aún atípico. El Festival ha vuelto a poblar las calles del centro.
La experiencia festivalera es siempre agotadora. Estés del lado que estés: público, invitado o trabajador. El ímpetu de los primeros días se va diluyendo conforme se acerca el final. No desaparece, se debilita a pesar de tus ganas. No hay cuerpo que aguante sesiones maratónicas sin descanso. Sin embargo, una emoción distinta emerge. La ilusión del inicio se transforma, una vez eres consciente de que estás viviendo las últimas horas del Festival, en cierta melancolía, un sentimiento que adelanta la añoranza futura. Con líneas tenues o intensas, el paso por un festival se graba en la memoria, nuevamente, estés del lado que estés.
Cada año, el cine reúne a miles de personas en este rincón privilegiado del País Vasco. Los motivos son varios y, con seguridad, distintos entre sí. Pero me gusta pensar que, sin importar el papel que hayas venido a desempeñar durante estos días, tu presencia aquí responda al más absoluto y genuino placer por ver y compartir una historia bien narrada, y el pequeño o gran cambio que esto suponga en ti.
Efraín Bedoya Schwartz