"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
The Velvet Underground, un documental, culmina una posible trilogía rock de Todd Haynes iniciada con una ficción sobre el glam trufada de elementos reales, Velvet Goldmine (1998), y proseguida con un falso biopic de Bob Dylan, I’m Not There (2007). Pero no son estas las tres únicas películas del director que recomponen o descodifican estrellas, tendencias o géneros de la música popular. Antes realizó Superstar: The Karem Carpenter Story (1987), film de cuarenta y tres minutos centrado en Karen Carpenter, una de las dos mitades del dúo musical The Carpenters, fallecida muy joven debido a las complicaciones generadas por la anorexia y el trastorno dismórfico corporal. Tampoco fue aquella una película tradicional en torno a la mística del rock: Haynes la rodó con muñecas Barbie, máxima representación del ideal impostado de la belleza y la delgadez femenina en el que Karen acabó atrapada.
La aproximación de Haynes a la mitología rockera siempre ha sido muy personal, ética, narrativa y estéticamente. The Velvet Underground es un ejemplo perfecto de cómo manejar los códigos del documental para reproducir, visualmente, el estado de ánimo cultural de la época en la que surgió la banda de Lou Reed y John Cale. Muy radical es I’m Not There, en la que se acerca a Dylan dividiendo el personaje en siete u ocho identidades físicas distintas, de un muchacho afroamericano a un pistolero encarnado por Richard Gere, pasando por una mujer, Cate Blanchett, que lo representa en su etapa del fulgor eléctrico. Velvet Goldmine no deja de explorar historias reales (la de David Bowie e Iggy Pop), pero reproduce sobre todo la fascinación de un movimiento inclasificable, en el Londres de los primeros setenta, que forzó la realidad a través de la reconstrucción de las identidades sexuales: no en vano se cita en la película a Oscar Wilde, quizás el primer héroe verdaderamente glam de la historia.
Autor de exquisito gusto musical –tiene en cartera un film sobre la prodigiosa cantante Peggy Lee protagonizado por Michelle Williams–, Haynes ha cuidado mucho las bandas sonoras de sus películas rock. Para la de Velvet Goldmine se formaron expresamente dos bandas estelares, The Venus in Furs y Wylde Ratttz, en las que músicos como Bernard Butler (Suede), Thurston Moore (Sonic Youth), Don Fleming (The Velvet Monkeys), Ron Asheton (Stooges), Thom Yorke (Radiohead), Mark Arm (Mudhoney), Mike Watt (Minutemen) y Andy McKay (Roxy Music) versionaron gemas glam de la época.
En I’m Not There, Haynes pidió a tres músicos que ejercieran como productores y organizaran una banda sonora capaz de condensar y revisar la larga historia dylaniana. Lee Ranaldo (Sonic Youth), Joey Burns (Calexico) y Joe Henry desplegaron un enorme tapete para que convivieran Charlotte Gainsbourg, Antony –y su intimista lectura de “Knockin’ On Heaven’s Door”–, Richie Havens, Tom Verlaine, Eddie Vedder, Stephen Malkmus, Karen O, Willie Nelson, Loudon Wainwright III y Roger McGuinn. Generaciones y estilos cruzados en una auténtica enciclopedia de rock, folk y pop.
Quim Casas