"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Llevaba doce años apartada de la dirección cinematográfica. Desde Bright Star, Jane Campion sólo había dirigido algunos episodios de la serie de televisión Top of the Lake. Y su regreso ha sido por todo lo alto ya que hace unos días se acaba de llevar el León de Plata a la mejor dirección en la última Mostra de Venecia.
Parece que a la directora australiana le sienta bien el cine de época. Ella fue la jefa en El piano, en Retrato de una dama y en la mencionada Bright Star. Y lo confirma con esta adaptación en la que de la mano de Netflix adapta la novela de Thomas Savage.
Ambientada en Montana en los años veinte del siglo pasado, The Power of the Dog (El poder del perro) es un magnífico western entre épocas. Una película de vaqueros. Pero de cuando el Oeste dejó de ser frontera. Cuando ya no hay terrenos que explorar, ni indios a los que combatir, sino granjas que gestionar y negocios que atender. Y cuando los automóviles empiezan a sustituir a los caballos como medio principal de transporte. Es precisamente esa tensión entre la adaptación a un nuevo tiempo y la añoranza por el pasado junto al encuentro entre la cultura del macho de toda la vida y la masculinidad frágil lo que conforma el núcleo dramático del film.
Sus protagonistas son los hermanos Burbank, propietarios de un inmenso rancho con miles de cabezas de ganado. Hasta este momento han formado un equipo perfectamente compenetrado. Phil (Benedict Cumberbatch) es carismático, brillante, testarudo y se resiste a aceptar el cambio que viene. George (Jesse Plemons) es pragmático, discreto, amable y consciente de que es mejor pasar página al pasado y abrirse al futuro. Por ello, cuando tiene oportunidad, se casa con Rose (Kirsten Dunst), la viuda del pueblo y madre de Peter (Kodi Smit-McPhee), un joven sensible, afeminado y completamente fuera de lugar en el rudo ambiente de un rancho. Este matrimonio desatará un tenso conflicto entre los hermanos, formando un inquietante triángulo de relaciones que reavivará en Phil la nostalgia por el pasado y por la relación de ambos hermanos con un antiguo mentor, y que acabará complicándose cuando surja una inesperada y ambigua relación entre dos personajes supuestamente tan opuestos como Phil y Peter.
Campion decide contar esta historia partiendo de eventos puntuales que marcan la personalidad y la evolución de los personajes. Su interés está sobre todo en que el espectador entienda a los personajes y sus motivaciones. A partir de momentos de gran intensidad dramática a pesar de su apariencia de cotidianidad. Sugerentes, pero elocuentes. Ya sea el simple hecho de que el hombre colabore en las tareas del hogar, la provocación de un banjo que replica a un piano, un silbido acosador, una extraña sombra en la montaña o en la forma más sensual imaginable de acariciar una silla de montar. Y todo ello en unos impresionantes paisajes de Nueva Zelanda ‘disfrazada’ de Montana y con la banda sonora del siempre inspirado, estimulante y evocador Jonny Greenwood.
Carlos Elorza