"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Hay películas que marcan a una generación. De la misma manera que Rebelde sin causa de Nicholas Ray marcó la década de los cincuenta estadounidenses, o en Japón Trampled Innocence, de Ko Nakahira, seguía la moda de las ‘películas de adolescentes’, algo similar sucedió en Corea del Sur en los sesenta. The Barefooted Young (1964), remake del film japonés mencionado, es la que mejor representa a la juventud coreana de la época: sus diferencias de clase, la brecha generacional con sus progenitores… Un film dirigido por el realizador Kim Kee-duk (sin parentesco alguno con el director Kim Ki-duk que lideró la Nueva Ola de cine coreano a finales de los noventa y que murió hace apenas un año víctima del COVID).
Con más de sesenta y seis películas dirigidas en dieciséis años, Kim Kee-duk se convirtió en uno de los estandartes de la época dorada del cine coreano, además de ser uno de los más apreciados por el público. Más conocido fuera de Corea por ser el creador de Yonggary (1967), el kaiju eiga (película de monstruos) con el que Corea del Sur respondía a Godzilla (1954), Kim Kee-duk destacó por el dramatismo y el humor que desprendían sus melodramas. Producciones que llenaban las plateas de los cines coreanos.
La historia de The Barefooted Young no difiere de la de Romeo y Julieta o la de West Side Story. Es la historia de Du-su, un pandillero que malvive en las calles de Seúl y que tiene por familia a una banda de delincuentes que operan en la zona realizando contrabando de relojes. Conocerá a la universitaria Johana, hija del ministro de Asuntos Exteriores coreano. Tras un pequeño incidente en el que Du-su salva a la joven del acoso de unos matones, la vida de ambos cambiará. A pesar de la distancia que marca la clase social a la que pertenecen uno y otra, los jóvenes lucharán por un futuro en común.
Este drama juvenil se convirtió en un éxito de público en 1964 aupando a la pareja protagonista, Shin Seongil (en el papel de Du-su) y Um Aingran (como Johana), convirtiéndolos en dos iconos para la juventud de la época. Productores y distribuidores cinematográficos llegaban a producir o distribuir las películas en función de si éstas estaban interpretadas por la pareja de moda. El éxito sería tal que ambos actores llegaron a interpretar veintisiete películas como protagonistas en el año 1964, de un total de cincuenta y ocho filmes que rodarían juntos.
The Barefooted Young sitúa a los personajes en los escenarios comunes a este tipo de filmes: clubs nocturnos, billares, cuadriláteros de lucha libre, comisarías, apartamentos de mala muerte. Una Seúl en continua ebullición y crecimiento, observada de fondo por la cámara del director. Y por encima de todo, la música, donde el jazz se funde con el twist y el rock, dejando un resquicio para la Novena Sinfonía de Beethoven. Rodeados de todo esto, los jóvenes protagonistas intentarán encontrar una salida. ¿Podrá el amor superar sus diferencias de clase irreconciliables?
En la vida real, seguro que sí. La boda de Shin Seong-il y Um Aing-ran tuvo lugar en octubre de 1964 convirtiéndose en la “boda del siglo” y en todo un acontecimiento social en Corea.
Enrique Garcelán (CineAsia)