El ‘papa romántico’ del título, el actor Kim Seung-ho, una de las grandes estrellas del cine clásico coreano, es apodado así por sus hijos, quienes ven cómo su padre, a pesar de las dificultades que rodean a su numerosa familia, siempre tiene una visión positiva y romántica de la vida. Un único salario, el de un padre que trabaja en una compañía de seguros, y cinco hijos que mantener en el duro ambiente de la Corea dividida de la posguerra: una Corea del Sur empobrecida pero que vería cómo en la década de los sesenta los cambios en su sociedad, la influencia del moderno occidente, su paisaje urbano y la economía pujante, se sucedían a la velocidad de la luz.

Después de un sorpresivo inicio de película en el que todos los personajes rompen la cuarta pared y se presentan directamente al espectador, Romantic Papa (1960) se desarrolla en diferentes episodios, como si de una sitcom se tratara: distintas escenas del día a día de esta familia, desde la mañana en que padre e hijos abandonan el hogar para ir a sus respectivos lugares de trabajo o estudio, hasta la noche en que regresan de nuevo a la casa. En medio: la hija mayor (interpretada por una de las divas del momento, Choi Eun-hee, también esposa del director) presentará a su prometido a sus padres; el hijo menor se quejará de sus zapatos rotos; la hija pequeña le cortará el pelo a su padre; éste retará a otro de sus hijos a una pelea de lucha libre en el patio de la casa, etc. Un típico folletín familiar en tono de comedia de situación que se tornará en drama cuando el cabeza de familia pierda su empleo.

Shin Sang-ok firma aquí uno de los característicos melodramas modernos que le hicieron famoso entre el público y la crítica en la Corea de los sesenta. Melodramas ‘luminosos’ (llamados así por el propio Shin) con tres características principales: una narrativa sencilla (muy clásica), alusiones nacionalistas y patrióticas y ciertas dosis didácticas. Romantic Papa cumple estas reglas a la perfección, como los cerca de setenta films que dirigió Shin Shang-ok a lo largo de cinco décadas. Pero también melodramas que serían la base del éxito de su apolítica carrera y que le servirían para crear todo un imperio dentro de la industria cinematográfica del momento: su gran productora Shin Films.

Lejos de la crítica social que podemos contemplar en la otra película del director que incluye esta retrospectiva (The Flower in Hell), Romantic Papa se desarrolla casi como una obra de teatro (debido también a que la mayor parte del film tiene una única localización: la casa familiar), en la que lo más importante es la sucesión de diálogos entre los miembros de la familia y las relaciones que se establecen entre ellos, dando la oportunidad al espectador, por un lado, de descubrir parte de las raíces de la moral confuciana de la sociedad coreana; y por otro, de descubrir el origen de por qué en Corea del Sur gusta tanto, aún hoy en día, el género del melodrama.

Gloria Fernández (CineAsia)