El director Maximiliano Schonfeld (Crespo, Argentina. 1982) fue el encargado de inaugurar ayer la sección Horizontes Latinos con su tercer film, Jesús López, que participó en WIP Latam en el Festival de San Sebastián 2020 y en Proyecta en 2018.
El largometraje, que tuvo una buena recepción entre el público fiel del Zinemaldia, cuenta la trágica muerte de Jesús López, un joven piloto de carreras que muere accidentalmente dejando a su pueblo totalmente conmocionado. Tras su fallecimiento, su primo Abel siente la tentación de ocupar su lugar y llenar ese espacio vacío que ha dejado en familiares y amigos. Tanto es así que acaba transformándose en su propio primo, un reemplazo de identidad que se determinará definitiva según el resultado de una carrera en la que participará Abel conduciendo el coche del difunto.
De un tema tan delicado nos quiere hablar el director del film: “La construcción de la identidad adolescente y cómo éstos viven el duelo”. Añade que en su caso “nunca sé lo que quiero contar hasta que emerge de una manera misteriosa. Cuando siento que un tema empieza a florecer es cuando empiezo a investigar sobre ello, sobre qué opina la literatura, la ciencia…”. Para Schonfeld “estos pensamientos teóricos empiezan a generar imágenes por sí solas y ahí es donde siento que se empieza a mezclar ficción y realidad”.
La trayectoria profesional del director es muy extensa: ha dirigido las series “Ander Egg” y “El lobo” con apoyo del INCAA. Germania (2012), su primer film, ganó el Premio Especial del Jurado en el BAFICI 2013 y el premio a la mejor ópera prima en el Festival de Hamburgo. La helada negra (2015) se presentó en la sección Panorama del Festival de Berlín. Su primer documental, La siesta del tigre (2016), se estrenó en la Competencia Internacional de Doclisboa 2016. Cuando le preguntamos en qué registro se siente más cómodo a la hora de crear, no duda en responder que “en los documentales siento que encuentro un equilibrio entre el cine que me interesa y la libertad de poder realizar un proyecto sobre el que siento interés”, y añade que “en la ficción la presión con el resultado siempre es mucho más elevada. La ficción es algo que te devora, nunca está satisfecha, siempre te pide más y la presión es mayor”.
El tema escogido para Jesús López, la muerte, es delicado en los tiempos que corren. La película comenzó a rodarse antes de la pandemia y tuvo que verse interrumpida por esta misma: “Estamos hablando sobre la muerte y creo que este concepto se ha resignificado completamente. Cuando volvimos a filmar ya éramos otras personas y estábamos hablando de otra cosa, el concepto de la muerte había cambiado completamente”. Debido a ello, Schonfeld comenta que este film “quizás no está hecho para ahora, quizás es una película para el futuro, para cuando volvamos a la normalidad, para cuando volvamos a tener una relación natural con la muerte. Creo que las películas se pueden resignificar con el tiempo, encontrarse y desencontrarse también es parte del proceso”.
Para el director no existe un objetivo concreto a la hora de crear, sino que lo que le mueve es “la necesidad que tengan las personas de encontrar algo en la película. Desconfío mucho de los temas direccionados en el cine” y confiesa que “sucede algo que considero muy injusto para los realizadores y realizadoras de Latinoamérica, y es que necesitamos la legitimación de los festivales de Europa para que nos tengan en cuenta en Argentina. Esto genera un tipo de cine que ya está pensando en conseguir la aprobación de ciertos espacios. Para mí lo interesante es el cine que se desvincula de ese tipo de espacios”. Añade que “lo que tengo claro es que la necesidad de contar historias va a seguir estando”, y no podemos estar más de acuerdo.
María Aranda