"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El realizador Javier Corcuera (Lima, 1967) vuelve al Zinemaldia con un documental rodado durante la gira de despedida de La Polla Records en el que repasa la trayectoria del grupo alavés referente del punk, liderado por Evaristo Páramos.
¿Conocía a La Polla Records antes de embarcarse en el proyecto de ‘No somos nada’? ¿Es esta la obra de un fan?
Siempre he sido un seguidor de La Polla Records. Conocía el grupo desde hace muchos años, antes de venir a vivir a Madrid en 1986. En sus inicios llegaban sus cintas al Perú y han sido la banda sonora que he estado escuchando durante años. Por eso ha sido un placer realizar esta película.
¿Cómo surgió la idea de hacer una película sobre La Polla Records?
Conocí a Evaristo hace unos cuatro años, en un viaje que hice junto a Willy Toledo cuando este iba a hacerle los coros en su nuevo grupo, Gatillazo. Ahí le propuse la idea pero La Polla Records ya no existía como banda. Años después, cuando se volvieron a reunir para la gira de despedida, me llamaron para preguntarme si seguía interesado y me apunté sin pensarlo. La idea surge a partir de la gira de despedida, pero luego la película fue cambiando y al final se va convirtiendo en otra historia.
Una historia que empezó en un pequeño pueblo y es universal. ¿Cuál es la clave?
Es una historia de amistad. Retornábamos a pasear a Agurain, al bar Otxoa donde empezó todo, para contar la historia y encontrar a sus protagonistas. Y es increíble cómo la banda ha transcendido fronteras viniendo de un pueblo pequeño como Agurain. También es algo importante cómo han transcendido generaciones. En los conciertos había abuelos, hijos y nietos unidos por la música de La Polla Records.
Hay un gran contraste entre las imágenes de la gira, los conciertos y la vida en la carretera, por un lado, y la vida cotidiana y más doméstica de Evaristo, por otro.
Empezamos a rodar siguiendo a Evaristo en sus paseos por el monte. Se convirtió en una norma del rodaje. Descubrí un Evaristo muy conversador, con un gran sentido del humor, con ganas de contar y decir mucho. Él y Abel Murua (bajista del grupo) han sido muy generosos, construyen el relato de lo que fue la banda. Estoy muy satisfecho, ha sido muy divertido. ¿A pesar de que el protagonista se salte todas las convenciones y rompa la llamada ‘cuarta pared’ en numerosas ocasiones? Rompe las normas del cine, hace evidente la idea de que se está haciendo un documental punk. Pero es coherente. A Evaristo le apetecía y, claro, ¡tenía que saltarse las normas!
El film utiliza la animación de estética fanzinera para construir un relato visualmente bastardo y afín al movimiento punk.
Desde el principio surgió la idea de la animación. Los componentes del grupo crecieron con el cómic y recoger toda esa iconografía era importante. El creativo gallego Manu Viqueira hizo un trabajo impresionante, con una técnica muy potente. Lo hizo con muchísimas ganas porque él también es un seguidor de La Polla. En realidad, la mayoría del equipo éramos seguidores del grupo, y eso ha sido beneficioso para el proyecto.
La música y las letras del grupo tienen un gran peso en el documental. ¿Le ha costado mucho elegir, ordenar y dosificar semejante legado?
Las letras tienen un sentido en la trama. Tiene que ver con lo que acaba de contar. El montaje iba pidiendo un tema u otro. Las letras cuentan cosas, son una post-voz. En la película salen muchos temas de la banda.
Temas que, cuarenta años después, no pierden actualidad.
Desgraciadamente las letras siguen siendo actuales en muchos aspectos. Pero además la gente las hace suyas en lugares muy lejanos. Es algo que se da en muy pocas ocasiones.
Irene Elorza