"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La irregularidad es ya el leitmotiv de la meteorología y, por lo tanto, también de estas crónicas.
Los días van pasando pero los astros siguen igualmente su Caminho longe de eterno retorno a casa. Hoy el sol habrá salido a las ocho en punto, empujado día a día a levantarse más tarde por la invasión de la noche, que nos pide estar ya a punto para celebrarla mañana con las sorginak. Quizá deberíamos echar a la pócima lo mítico de Chupacabra (Grigory Kolomytsev), la metamorfosis de Cristovam en Casa de antiguidades (João Paulo Miranda) y el inframundo de Atarrabi et Mikelats, del recientemente polémico Eugène Green. Ni la diosa Mari pudo evitar que no fuera expulsado del reino del Festival por no querer ponerse la mascarilla. Es cierto que tampoco sé si el eguzkilore que veo dentro de un coche aparcado nos puede asegurar que Nosotros nunca moriremos.
Por la Parte Vieja, en San Juan Kalea, una pintada que versa “covid pseudo ciencia” me hace acelerar el paso hasta llegar al Kursaal, donde las chicas del punto de información me muestran la caja reluciente de bombones que una mujer anónima les ha regalado después de haberle recomendado algunas películas. Al salir, el gris de las nubes se ha vuelto negro, dibujando una corona por encima de la brutalista torre de Atotxa, fielmente odiada por los donostiarras.
Mucho más querido es el Premio Donostia de ayer, que proclamó que “la incertidumbre es ley de vida” y lo sabe bien también la protagonista de Never Rarely Sometimes Always de Eliza Hittman. Y es cierto que siempre o a veces o casi nunca o nunca es el momento para terminar del todo nada. Así que disfrutemos del penúltimo día del Zinemaldia antes de que me ponga demasiado Sentimental.
Marc Barceló