"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Las horas de sueño no dormidas se empiezan a advertir también en los humores mudables de ayer. Los cúmulos, flotando perezosos hacia Pasaia, abrieron un fugaz agujero piadoso para dejar pasar el sol de mediodía y acariciar a un anciano sentado sobre su caminador en la plaza Okendo. Frente a él, un anuncio de Audi invade la pantalla del canal del Festival, esparciendo la arenisca que un obrero urbano hace volar por detrás, como si de un truco teatral se tratase, mientras agujerea el asfalto de Okendo Kalea.
Este diseño sonoro, lejos de provocarme una Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma o ASMR, como ya quisiera la protagonista de Cold Meridian (Peter Strickland), me estimula como un doble café antes de volver a la redacción e intentar hacer memoria de las anécdotas que se me escabullen cada día más... Tengo la sensación de vivir de recuerdos tan intangibles y programables como los de Elli en The Trouble With Being Born, de Sandra Wollner.
Mientras suenan unas sirenas y corren camiones de bomberos por el Boulevard, unas señoras refinadas se sientan en el Victoria Café; piden tés y poleomentas y hablan con secretismo sobre el implante dental que se hará una de ellas esta tarde. Espero que no acaben como los resistentes de In the Dusk, entre sospechas y traiciones. En otra cafetería, en la zona de acreditados del Kursaal, un periodista presenta sus manos para que la trabajadora le aplique el difusor desinfectante, “el año que viene podríais usar tasers”. Sí, la única risa que resuena es la suya. Con pistolas eléctricas en la cabeza veo el cartel enorme de Antidisturbios de Sorogoyen, que se nutre insólitamente cada día de las miradas disimuladas de los Ertzainas, nuevos figurantes con frase de la anormalidad que viste esta Edición ilimitada y ya histórica del Zinemaldia.
Marc Barceló