Jak Najdalej Stąd / I Never Cry (Nunca lloro) es la segunda película del director Piotr Domalewski (Łomża, 1983), en la que nos invita a acompañar a Ola, una joven polaca de diecisiete años, en su viaje a Irlanda para recuperar el cadáver de su padre, fallecido en un accidente laboral. “Quería narrar lo que supone la búsqueda de una relación con un padre o una madre; este era mi primer pensamiento. Y en segundo lugar quería que mi protagonista llegase a llorar en algún punto de la historia, como elemento meramente técnico, pero eso me llevó a pensar cuáles podrían ser las circunstancias, cuál era la trama adecuada para inducir que el personaje alcance ese punto de inflexión. Así es como comprendí que la temática debía ser dura, para permitir un desahogo final”.
En la génesis del guion hay varios factores clave que llevaron a Domalewski a establecer una protagonista femenina. Por un lado, tiene cuatro hermanas menores para las que ha funcionado como figura paterna, que fueron una gran fuente de inspiración para crear el personaje de Ola. Además, le permitía reflejar mejor las emociones y con mayor intensidad en pantalla: “La gente de mi región es muy hermética, no hablan de sus sentimientos, no hay costumbre de mostrar las emociones ni de expresar cómo se encuentran, por lo que yo quería explorar el arco emocional del personaje desde un punto de vista femenino”.
Por otro lado, Domalewski ha querido ofrecer un retrato honesto de la comunidad migrante, impulsado por experiencias autobiográficas. Tiene un hermano mayor que vive en Escocia, que ya le sirvió de inspiración para su anterior película y cuyas experiencias retomó para documentar las escenas relacionadas con la inmigración y los accidentes laborales: “Me interesan los personajes que no tienen mucho margen de acción, sin apenas posibilidades ni perspectiva. Considero esencial partir de un contexto muy verosímil y realista en mis ficciones, porque es la herramienta que permite que la audiencia sienta empatía con la historia y sus protagonistas. La inmigración es un fenómeno muy grande en Polonia, con la particularidad de que cada generación tiene un movimiento migratorio específico. Yo mismo he tocado la guitarra en las calles londinenses. Los destinos han cambiado, pero el motor principal siguen siendo los mismos motivos económicos”.
I Never Cry es un drama en el que el humor ocupa un lugar muy especial; humor negro, y por momentos absurdo, que ya forma parte del estilo fílmico del director: “He crecido rodeado de gente muy irónica y forma parte de mi visión de la comunicación interpersonal, y de la vida. Los dramas funcionan mucho mejor cuando puedes reírte en algún punto, porque la risa vehicula la empatía. Ola es irónica porque la vida es dura con ella, es la armadura perfecta para protegerse en los momentos más difíciles y poder descomprimir lo que siente. También tuve que desprenderme de algunas ideas que en el rodaje entendí que no iban a funcionar, porque más allá de la búsqueda de momentos graciosos e irónicos, siempre necesito creer en el proceso completo de la historia. No me gustan las películas sobrecargadas de gags en las que ya ni siquiera hay una trama sino que se construyen a base de escenas humorísticas inconexas”.
Sofía Stafiej, la actriz que encarna a Ola, recuerda con cariño cómo una pequeña confusión la llevó a conseguir el papel: “Recibí dos mails a la vez, uno sobre un casting para una comedia romántica absurda y otro para I Never Cry. Me presenté en la de Domalewski pensando que eran las pruebas para la película estúpida. Esa confusión me permitió estar mucho más tranquila durante las audiciones, sin ningún tipo de presión, porque mi intención no era ser seleccionada sino ganar experiencia en castings”. Domalewski recuerda que su actitud era increíblemente distinta a la del resto de candidatas, sin miedo, sin nervios, con un aura como si su vida estuviera siendo interrumpida por tener que venir a hacer las pruebas. “Nos fascinó por el parecido asombroso que su actitud tenía con el carácter del personaje.”
Amaiur Armesto