"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Nosotros nunca moriremos no es un proyecto que surge de la casualidad, sino “de una idea que venía rondándome sobre el duelo de mi padre y sobre mi pueblo”, confesó el director Eduardo Crespo. Lo importante para él era retratar “cómo se transita el dolor y el duelo en un pueblo de provincia. Tenía muchas ganas de ahondar un poco en la idea de lo que significa una muerte joven en un pueblo, de cómo
transita el dolor de un niño y de cómo descubre el dolor de los adultos en ese viaje con su madre”. Un viaje que realizan Rodrigo y su madre tras la muerte del hermano mayor.
El film es una especie de homenaje de Crespo al pueblo que le vio crecer: “Hace mucho que vivo en Buenos Aires. Esto es como una despedida de ese pueblo y de mis seres queridos”. Además, afirmó que “me interesaba mezclar la tragedia con algo de lo pueblerino, algo de humor, que es una herramienta que me ayudó en muchas circunstancias a atravesar el dolor. Creo que en esta película aparece algo del humor de lo cotidiano”.
Para el guion contó con la colaboración de Santiago Loza, que también llega al Zinemaldia con Edición ilimitada (Horizontes Latinos), y de Lionel Braverman. Loza comentó que “sentíamos que había una necesidad muy grande de Eduardo de hacer esta película y había que ponerse al servicio de su narrativa. Hablar de su lugar de pertenencia, de su identidad, de sus vínculos con la muerte, con esas pérdidas. Tenía muy claro qué película hacer sobre estos silencios que se sostienen en los pueblos y sobre la construcción de la identidad en esos silencios”. Braverman añadió que durante el proceso de rodaje “continuábamos escribiendo la película mientras conocíamos gente y nos interesábamos por sus vidas”.
El director del film codirigió junto a Santiago Loza la serie Doce casas: historia de mujeres devotas, ganadora de los premios Martín Fierro y AFSCA a la mejor serie de TV de Argentina y fue director de fotografía, entre otras, en Breve historia del planeta verde de Loza, seleccionada en 2017 para el Foro de Coproducción en San Sebastián. En este rodaje coincidió también con Romina Escobar, actriz protagonista de Nosotros nunca moriremos. Además de la parte profesional, lo que le atrajo de ella fue que “me parecía que tenía un carisma y un cariño muy grande que contagiaba y la quería llevar como compañera de viaje”.
Sobre su experiencia en el rodaje del film, Escobar comentó que “fue un trabajo en conjunto. Lo tomé desde el respeto: poder trabajar la fibra más íntima ante una pérdida tan importante, llevando al personaje hacia lo más simple, hacia lo intangible. Creo que eso es lo rico del trabajo que hicimos”, a lo que Crespo añadió que el resto de personajes también le interesaban mucho porque representaban a esos jóvenes “que quedaron como en una especie de limbo de pueblo fantasma; un grupo de personas a las que quizás no se les prestaría tanta atención en una película: quizás podrían ser los extras”.
Para acabar, Crespo quiso recordar que, con su presencia en el Zinemaldia, “estamos apoyando la decisión de José Luis Rebordinos de hacer un festival presencial, de que la gente vuelva a las salas, de que pierdan ese miedo”.
María Aranda