"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Aaron Sorkin (Nueva York, 1961) es guionista, director y dramaturgo teatral o, directamente, el ‘autor’ que ha creado más escuela en el arte del diálogo y el monólogo del Hollywood contemporáneo. Su estilo barroco y perspicaz ha cosechado multitud de premios (el Oscar por La red social de David Fincher) y muchos de sus guiones, como el de la serie El ala oeste de la Casa Blanca, son considerados de culto.
Ayer, en el marco de las Conversaciones que organiza Industria en streaming, pudimos disfrutar de un Sorkin generoso y relajado acompañado por la periodista y cineasta catalana Elisabet Cabeza (Sabadell, 1965), que se declaró fan absoluta desde el primer minuto.
El diálogo tuvo un fuerte carácter político, como lo es toda la obra de Sorkin, que Cabeza resumió bajo el título de ‘la ética del poder’. “En muchas historias los poderosos son retratados como maquiavélicos o idiotas. Me gusta ir más allá”. En el mismo ámbito político y pensando en como las películas atraviesan las sociedades de arriba abajo, Sorkin hizo mención a lo que apela el eslogan más famoso de Donald Trump: “no es que quieran volver a un lugar del pasado, como se suele decir, sino a un tiempo que nunca existió realmente, el de las películas que vieron, la América de Frank Capra. Es irónico, pues es el mismo grupo de gente que odia Hollywood”.
En el terreno personal, hubo tiempo para recordar sus inicios y lo tanto que le debe al desaparecido William Goldman (escritor de “La princesa prometida”), a quien Sorkin citó cuando Cabeza le preguntó por su propio estilo: “Goldman decía que mi escritura daba la sensación de ser una primera cita que lucha desesperadamente para conseguir la segunda”.
Su estimado mentor entró en su vida ya después de escribir su primer guion cinematográfico, basado en su propia obra de teatro (Algunos hombres buenos, dirigida por Rob Reiner). “Nunca fui un cinéfilo nato; lo mío era y sigue siendo el teatro. Todavía me siento un intruso en el mundo del cine, estoy aquí por accidente”. Incluso tener una idea para motivarse le parece casi un accidente, “mi estado natural es el bloqueo del escritor”, no tiene rutinas ni métodos para inspirarse; a veces solo conduce largas horas escuchando las canciones que le gustaban cuando era adolescente. Lo que sí le motiva
para escribir es el cabreo, sobretodo en el terreno social y político.
Sorkin lleva 36 años en activo y así resume la evolución del cine comercial: “Hoy El graduado se habría hecho con un presupuesto bajísimo, con una productora independiente y alguien la habría visto en Sundance o en San Sebastián, pero nunca habría tenido el lanzamiento comercial que tuvo.”
Precisamente el lanzamiento comercial de su inminente El juicio de los 7 de Chicago se hará en Netflix, que compró el film cuando quedó sin fecha de estreno por la crisis sanitaria. Sorkin solo tiene palabras de agradecimiento a la plataforma, “aunque lamento profundamente que muy poca gente podrá disfrutarla como parte de una vivencia colectiva”.
Marc Barceló