"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Nacida en Roma en 1975, debutó como directora de largometrajes con Cosmonauta (2009). Su última obra, Miss Marx, inspirada en la vida de la hija menor de Karl Marx, llega a Perlak tras su paso por el festival de Venecia.
Todas sus películas ofrecen retratos de mujeres singulares, pero tanto en su film anterior, Nico, como en Miss Marx, parte de perfiles reales, ¿esto la condiciona de alguna manera?
Sí, claro, porque cuando partes de un personaje real tú no decides como debe ser su carácter o su modo de comportarse. Es algo que te viene dado. A partir de ahí lo que tienes que ver, junto con los actores, es cómo representar ese personaje y después buscar el modo de que el público lo comprenda. La vida es siempre mucho más complicada e insensata que la ficción.
¿De dónde surge su interés por Eleanor Marx? Porque es un personaje marginado de la historiografía oficial.
Ella fue una niña muy querida por su padre, una figura bastante particular que se ocupó personalmente de su educación y de su formación alentándola a compartir sus ideas y a difundirlas. Fue una chica con una infancia muy bonita, pero, sin embargo, me parece que esa experiencia terminó por perjudicarla. La historia de Eleanor Marx habla de la dificultad de vivir de acuerdo a las propias ideas. Es la historia de una feminista que tiene un final a lo Madame Bovary. Para mí ahí radica la fuerza de esta historia.
A través de su protagonista usted reivindica la libertad de las mujeres incluso para equivocarse. Esta mirada resulta una anomalía en el cine actual donde parece que hay necesidad de personajes ejemplares que sean un modelo de inspiración para el espectador, ¿no?
Completamente y me alegra tu observación porque, efectivamente, esa es la tendencia y, sin embargo, no existen héroes ni heroínas perfectos y los biopics políticos que celebran la singularidad de líderes ejemplares me parecen insoportables. La vida de los verdaderos revolucionarios es mucho más complicada y la de Eleanor Marx es un buen ejemplo de ello.
¿Hasta qué punto cree que el suicidio de Eleanor Marx fue un gesto de liberación por su parte?
Más que un acto de liberación yo creo que tuvo algo de puesta en escena. Por otro lado, no creo que fuese el gesto de una víctima sino el de alguien que luchó hasta el fondo por aquello en lo que creía sin darse jamás por vencida. Su suicidio contradice sus ideas, pero quizá para ella fue el único modo de tirar para adelante.
Miss Marx se estrenó en Venecia. ¿Qué reacciones ha suscitado en el público?
La verdad es que estoy muy feliz con la respuesta que tuvo la película y más en estos momentos tan extraños. Es muy emocionante comprobar que, aunque con distancia de seguridad y con mascarilla, la gente sigue estando predispuesta al debate, sigue teniendo ganas de ir al cine y compartir un espacio de manera segura. En este sentido me gustaría animar a los espectadores de San Sebastián a que vayan a ver mi película porque la historia de Eleanor Marx habla de nosotros hoy, de la fuerza de las ideas, de aquello por lo que merece la pena luchar. Se trata de una película que habla, en suma, de amor.
Jaime Iglesias