Si hay un rostro emblemático y querido por el espectador donostiarra ese es el de Hirokazu Koreeda, cuatro veces candidato a la Concha de Oro, vencedor del Premio del Público en dos ocasiones y Premio Donostia en 2018. Su vínculo con el Festival resulta tan arraigado que ayer el propio realizador nipón se permitió ironizar sobre sus habituales visitas a San Sebastián durante la presentación de Any Crybabies Around?, película en la que ejerce de productor y que compite en Sección Oficial: “Este año no he dirigido ninguna película pero quería participar de alguna manera en el Festival así que mandamos este film del que soy productor y estamos muy orgullosos de haber sido seleccionados para la sección competitiva. Es un verdadero honor y la única pena es no poder estar ahí presencialmente, en esa ciudad maravillosa que siempre me ha tratado tan bien”.
Any Crybabies Around? es el segundo film de Takuma Sato, un joven realizador que reconoció que, de no haber sido por el padrinazgo de Koreeda, le hubiera costado que su película alcanzase la difusión y la aceptación que está teniendo: “Empecé a desarrollar este guion hace cinco años y en aquel entonces yo solo había rodado algunas películas de carácter amateur. En principio pensé que este proyecto iba a desarrollarlo en condiciones muy parecidas, pero gracias al apoyo del señor Koreeda me encontré con un presupuesto mayor y, sobre todo, hemos conseguido bastante repercusión internacional”. Cuestionado sobre lo que le llevó a apoyar a un director novel como Sato, Koreeda manifestó que “cuando leí el guion supe que ahí había una gran historia, una historia, además, con alcance universal que podía ser compartida por espectadores de cualquier lugar del mundo, y eso es lo que hizo que me involucrase en el proyecto, si bien mi participación fue mínima, aunque figure como productor ejecutivo”.
Any Crybabies Around? está ambientada en la península de Oga durante la celebración de los Namahage (una festividad en la que hombres disfrazados de ogros entran en las casas para asustar a los niños con el objetivo de estrechar los vínculos paterno filiales y las muestras de protección). El protagonista de la historia es un joven que acaba de tener una hija, pero cuya inmadurez le impide comprometerse en su nuevo rol de padre, lo que le lleva a ser defenestrado por su mujer tras un episodio bochornoso que le obliga a huir de su pueblo. Dos años después el protagonista vuelve a su tierra para
afrontar unos hechos que, en su momento, se vio incapaz de gestionar. Sobre este argumento palpitan dos cuestiones que son las que sostienen el argumento del film; de un lado; la dificultad de algunos hombres para madurar y su alergia al compromiso; de otro, la confusión que se apodera de muchos cuando tienen que pasar de ser hijos a ejercer de padres, un asunto que está en el centro de muchas de las mejores películas de Koreeda y que hace que Any Crybabies Around? mantenga un cierto aire de familia con el cine de quien fuera Premio Donostia. El propio Koreeda reconoció que esa fue una de las razones que le impulsó a apoyar el debut en la dirección de Sato: “Me interesaba cómo estaba planteado ese cambio en el protagonista, pero, sobre todo, la influencia que sobre él ejercen tanto su madre como su esposa y cómo esa influencia es la que le impide llegar a madurar”.
Takuma Sato reconoció que el germen de la historia fue inspirado por un amigo suyo y la inseguridad que le transmitió ante el hecho de ser padre. Preguntado sobre si cree que los hombres tardan más en madurar que las mujeres, el director dijo que “en lo referente a tener un hijo lo que ocurre es que en las mujeres esa experiencia va acompañada de un cambio en su cuerpo que las hace ser más conscientes, aunque hablando con las actrices de la película, muchas me dijeron que también a muchas mujeres el hecho de ser madres las paraliza y, lejos de madurar, hace que se comporten de manera mucho más insegura”.
Jaime Iglesias