Si tuviéramos que hacer un retrato colectivo del futuro inmediato del cine, sin duda habría que acudir a la sección Nest. Año tras año, este ya el decimonoveno, la competición internacional de cortometrajes de estudiantes de cine se abre paso en medio de la vorágine del festival, dedicado tres días a dar un espacio de encuentro, aprendizaje y mirada atenta a las voces que se erigen como un presente indicativo del cine en el panorama internacional.

A partir del lunes 21 hasta el miércoles 23 podremos ir a aprender de los trece cineastas seleccionados entre los 348 cortometrajes presentados por 165 escuelas de 49 países. Los centros de formación cinematográfica participan enviando un máximo de tres películas realizadas durante los doce meses anteriores a la celebración del SSIFF, que luego revisan y seleccionan un comité de expertos. Este año habrá representantes de escuelas ubicadas desde Donostia hasta Poona (India), pasando por San Antonio de los Baños (Cuba), Valencia (California), Nueva York, Múnich, Berlín, Buenos Aires, Londres, Los Angeles y Madrid.

Por segundo año consecutivo, Nest contará con la presencia de la tan cercana Elías Querejeta Zine Eskola, con la película Ella i jo de Jaume Claret Muxart, uno de los jóvenes que inauguró la escuela que este curso acoge ya su tercera promoción. Precisamente, los participantes de Nest podrán conocer de primera mano las instalaciones de la Zine Eskola como parte del programa de actividades que este año se ha visto obligado a minimizarse por la pandemia. Se echarán en falta las clases magistrales, esos encuentros entrañables con cineastas que han podido superar el vacío entre su primer film y el resto de su carrera cinematográfica. Ejemplos así encontramos este mismo año en New Directors, que acoge los estrenos de La última primavera, de Isabel Lamberti, ganadora del Torino Award de Nest en 2015, y Chupacabra, de Grigory Kolomytsev, participante en 2016 y 2018, cuando también fue residente en Ikusmira Berriak.

Otra diferencia que notarán los veteranos de Nest está en que cada proyecto irá acompañado solamente por su director, y eso afecta de lleno en la forma de escoger al ganador, que recibe el premio de 10.000 euros, patrocinado por Orona Fundazioa. De normal, las escuelas traían a un representante más para que ejerciera de jurado colectivamente junto con un presidente, como lo fue el año pasado el director argentino Martín Rejtman. Excepcionalmente, en esta edición, tres galardonados con el Premio Nest en ediciones pasadas consensuarán el palmarés.

Eso sí, como siempre, la pantalla del Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera (coorganizador de Nest) sigue siento el hábitat natural de la competición, como lo es también de esa otra sección abierta al cortometraje, Zabaltegi- Tabakalera.

Marc Barceló