"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
¿A dónde va todo lo que vemos? ¿Qué lugar acoge las risas, las emociones, las sensaciones o ideas que derramamos frente a la pantalla? Empezamos hace nueve días haciendo un pacto con el lugar, con este lugar, y me he empeñado en transcribirlo aquí día a día. Ahora, sin embargo, las miradas y cuerpos que han poblado su tiempo de cine en Donostia están a punto ya de volver a sus ritmos, países o trabajos habituales. De hecho, el más atrevido y prematuro fue el vendaval que atracó ayer en la ciudad, barriendo y asaltando a todo aquel que pensara fingir que al Zinemaldia 2020 no le queda más que una hoja en sus ramas. Esta última ni siquiera es la más importante; la pregunta está en donde irán las hojas que ya vuelan por la calle, cargadas con toda la memoria tejida colectivamente, entre humanos, imágenes y sonidos.
En una pelea constante contra el huracán, el agua embiste las hojas más temerarias, que se han acercado, curiosas, a ver la furia de las olas. La épica de los elementos es tanta que no hay lugar para nada más. Los truenos y relámpagos de anoche (luz y sonido) se ríen satisfechos por el seguidismo de la gente agitada por galas y conchas. La visión del dorado de las hojas viejas y sabias contra el platino perla del cielo desubica a cualquiera. El lugar se difumina ante nuestros ojos y nos damos cuenta de que solo bastaba con ver cosas que no están para poder acceder a ese otro lugar en donde las películas no terminan nunca.
Eskerrik asko nirekin egoteagatik. Hemen edo han ikusiko dugu elkar, hobe goiz berandu baino.
Marc Barceló