"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Hay algo emocionante en publicar esta columna esperando que cada mañana llegue a su destinatario. Y a miles de curiosos ojeando sus páginas. Espero que les esté sirviendo para redescubrir el festival, a mí al menos me está descubriendo cosas de mí mismo que desconocía. Después de hablar con Maider Fernández, hoy tenía pensado conversar con otro Fernández, el bueno de Eduard, a quien hemos visto estos días por partida doble. Pero se marchó ayer mismo de San Sebastián.
Da la sensación de que nada sale como está previsto. Y menos mal que es así. De nuevo la magia del María Cristina me hizo reencontrarme en sus pasillos con José Luis Torres Leiva, que ha pasado por todas las secciones del Festival y que en el mes de agosto impartió un taller en la Elías Querejeta Zine Eskola. Son muchas segundas veces las suyas en el Zinemaldia, pero la primera en Sección Oficial.
Nos fundimos en un abrazo y con toda su humildad reconoció que se sentía “muy privilegiado por el hecho de que el festival siempre me haya programado, aunque nos tomó muy por sorpresa que hayan seleccionado la película en Sección Oficial”.
Una sorpresa tan agradable como arriesgada por su forma de entender el cine, que se podría resumir en una sola palabra: “Exploración. La experimentación sobre las infinitas posibilidades que da el cine a través de la imagen y el sonido. La película para mí era un desafío en ese sentido. Tomar un tema que se ha visto mil veces en el arte, como es hablar de la muerte, y trabajarlo desde una perspectiva muy personal”. Habrá que volver al Karaoke, esta vez a cantar por Rafaella Carrá.
Antonio Miguel Arenas