"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El próximo miércoles, 2 de octubre, comienza en Tabakalera el ciclo Nosferatu dedicado al cineasta alemán Rainer Werner Fassbinder, un apasionante viaje por su obra a través de cincuenta y ocho sesiones, en las que se proyectarán treinta y cinco largometrajes, dos cortos, así como sus dos series de televisión. El ciclo ha contado con la colaboración del Goethe-Institut.
Como siempre, el ciclo se acompaña con la edición de dos libros: “Amor y rabia”, coordinado por Quim Casas y que cuenta con la participación de veintiún autores; y el escrito por Carlos Losilla y traducido al euskera “Ametsak abian jartzen dituzten emozioak”.
Fassbinder, uno de los fundamentales del cine alemán y europeo de los 70-80, “con una capacidad de rodar de una manera casi instintiva, creó un estilo muy personal”, declaró Casas. “Fue además, uno de los primeros en rodar en video, cuando el video era una herramienta complicada”.
“Iba por libre y tenía complejas relaciones con otros directores del cine alemán, pero mientras ‘los autodenominados sensibles’ reflexionaban sobre el estado del cine, él ya iba directo al grano”, añadió Casas refiriéndose a los cineastas alemanes Wim Wenders y Werner Herzog, entre otros.
En el libro, también ahondan en el tratamiento de los personajes femeninos, “no creo que haya un director europeo que tenga tantas películas en las que el titulo sea el nombre de la mujer protagonista; y el trabajo que realizaba con las actrices fue básico, lograban establecer un discurso muy concreto”.
Se podría considerar a Fassbinder como el último cineasta moderno europeo. “Quizás renace, porque conecta mejor con una sensibilidad contemporánea, ese apego a la verdad y a lo real, aunque ello le cueste sacrificar determinadas visiones estéticas o apuestas formales. Al final, de una u otra manera, estas también acaban saliendo”, agregó Losilla.
Filma la realidad tal cual acontece. Mientras los otros cineastas elaboran ficción, Fassbinder se expone; aparece él mismo mostrando su cotidianeidad, de una manera poco convencional, “se muestra con todas sus virtudes y vicios, se expone en albornoz sucio y raído ante el espectador”.
Nora Askargorta