"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Jean-Gabriel Périot vuelve a la sección Zabaltegi-Tabakalera tras ganar en la misma el año pasado con su cortometraje The Song of the Jungle. Ahora lo hace con un largo. El realizador francés se ha movido siempre cómodo entre los formatos más diversos, a menudo cercano a lo experimental, ya sea en corto o largo, ficción o documental, o animaciones. Varios de sus trabajos se han podido ver en el Zinemaldia en distintas secciones a lo largo de la última década, y la renovación de la sección Zabaltegi-Tabakalera parece construida sobre su visión del cine. “Es donde encuentro mi ritmo. Ya sea como director o como espectador no atiendo a esa diversidad, por mucho que los procesos creativos sean distintos. Lo importante no son los formatos, sino sencillamente que las películas sean buenas, igual da un corto o una superproducción de ciencia ficción”, indica.
Con Nos défaites, el título con el que participa este año, Périot encuentra el punto de partida para una película en un programa pedagógico que se lleva a cabo en la periferia de París fruto de la colaboración entre una sala de cine municipal y un instituto de bachillerato que incorpora la opción de estudiar cine como asignatura. Se invita a un realizador no tanto para hacer una película colectiva con los alumnos, como para conseguir que esos chavales creen una obra siendo capaces de adoptar la mirada de otro autor, pudiendo así ser testigos de todo el proceso creativo desde el nacimiento de las ideas hasta el fin de un rodaje.
Juventud conformista
Pero estamos ante una película completamente autoral de Périot, porque Nos défaites toma el programa como arranque para experimentar con la estructura del documental y conseguir un producto personal. Su propuesta fue ofrecer a los alumnos extractos documentales de películas políticas francesas de los años ochenta, y comprobó que no las entendían, pero sí les emocionaban. Eso es muy importante para él: “Por eso he hecho esta película, porque les hago ver algo que desconocían y pensar sobre ello. Para mí uno de los lujos de hacer películas es poder enseñar algo desconocido a otras personas”.
A partir de ahí, los chavales interpretan ellos mismos esos extractos y luego son entrevistados sobre los textos que han recitado. Cuestiones como capitalismo, socialismo, revolución, huelga, compromiso, arte, felicidad… intentan ser explicadas en lo que significan para ellos, creando un sugerente retrato de una juventud mayoritariamente conformista y muy poco comprometida políticamente.
El caso es que poco después de terminar el programa, en Francia se vivió el conflicto de los chalecos amarillos que terminó movilizando también a los estudiantes, entre ellos los de este instituto. No estaba planificado inicialmente, pero Périot volvió a entrevistar a los alumnos y se encontró con una importante transformación en ellos. “He aprendido que la política puede ser útil”, dice una chica al final del film. Aunque Périot apostillaba: “Lo triste es que tenga que venir como resultado de la violencia”.
Gonzalo García Chasco