"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La ópera china es una de las manifestaciones culturales más genuinas de este país. Popular y revolucionaria: la quintaesencia del arte lírico, pero de una manera distinta a cómo la entendemos en Occidente ya que incluye canto, acrobacia, artes marciales, teatro, danza, mimo, máscara, poesía y bellas artes, y desarrolla una serie de tipologías masculinas y femeninas que se repiten mayormente en todas las obras. Quizá la más conocida, al menos en Occidente, sea la Ópera de Pekín, que se ha prolongado con éxito desde hace siglos. A pesar de su carácter popular, la ópera china estuvo durante muchas décadas estrictamente al servicio de los emperadores y la nobleza.
Es normal que el cine chino atienda a esta expresión artística como ya ocurrió hace décadas en el cine europeo, cuando se pusieron de modas las óperas filmadas por directores del prestigio de Joseph Losey, Ingmar Bergman o Francesco Rossi.
El Festival de San Sebastián se hace eco de este interés del cine chino por capturar en imágenes una de sus expresiones emblemáticas con un ciclo de cinco películas titulado “Chinese Opera Film Screening”. Está patrocinado por Shanghai Film Distribution and Exhibition Association, organismo gubernamental creado en 2013 para incentivar el intercambio cultural entre China y otros países, además de gestionar diversos aspectos de la industria cinematográfica.
Los responsables de esta pequeña pero representativa muestra han escogido cinco películas rodadas en la segunda mitad de la presente década que recogen, con estilos visuales y temáticos distintos pero complementarios, la riqueza estilística del género y la relación que ópera y cine han establecido históricamente. No es necesario filmar una ópera en el escenario para que una película resulte o no operística. Si el cine sintetiza muchas otras disciplinas, como fotografía, teatro, literatura y música, la ópera, en su carácter melodramático y estético, es indudablemente una de ellas.
Los cinco títulos que conforman el ciclo se exhiben a partir de hoy en las salas Trueba: The Bell Tolls for a Dynasty (2015) y Romance of the West Chamber (2015), ambos dirigidos por Xia Weiliang, un veterano realizador de radio y televisión; The Legend of White Snake (2016) de Hai Tao, considerada una de las mejores óperas filmadas de los últimos diez años; Cao Cao and Yang Xiu (2018), de Jun Jietieng, quien ya dirigió un film en 3D sobre la escenificación operística de Adiós a mi concubina, y The Womand of the Mountain (2018), de Hao Wang, quien también ha participado en Adiós a mi concubina.
Quim Casas