"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
“La oferta del Festival para ser miembro del jurado de la sección New Directors me atrajo desde un primer momento porque me daba la oportunidad de conocer un festival de cine por dentro”, declara Mariana Enríquez. La argentina proviene del mundo de la literatura y nunca antes había participado en un certamen de este tipo más allá de como mera espectadora. De momento, asegura estar disfrutando mucho la experiencia.
Para Enríquez, el trabajo cinematográfico y el literario son completamente opuestos: “El cine es un trabajo supercolectivo, la literatura, en cambio, muy solitario. Llevar a cabo una película necesita una importante cantidad de dinero, escribir un libro apenas cuesta nada. Incluso el guion utiliza un lenguaje diferente. Yo, por ejemplo, cuando escribo jamás pienso en imágenes”. Por todo ello, la escritora piensa que fue elegida como miembro del jurado de New Directors para aportar al fallo una mirada narrativa distinta a la que pudiera tener otra persona vinculada al cine. “Aparte, también intuyo que a alguien de dentro del Festival le gustan mis novelas”, bromea.
Pese a ser una gran aficionada al séptimo arte, Enríquez reconoce que nunca a lo largo de su carrera ha pensado en dedicarse profesionalmente a ello. Ni siquiera ha rondado por su cabeza la idea de escribir un guion. “Lo que sí me haría mucha ilusión es que me adapten”, dice. “Me parecería un ejercicio muy interesante ver como otro autor plasma mis ideas en imágenes”.
Enríquez publicó su primera novela muy joven, con tan solo veintiún años. “Ahora en las proyecciones, cuando veo a los nuevos realizadores presentar sus películas, recuerdo lo emocionante que es mostrar tu primera obra en público”. Según la escritora argentina, una obra artística es algo que entregas a los demás y que te expone ante ellos. “Creo que por muchas veces que lo hagas nunca te terminas de acostumbrar”, concluye.
De las películas que ha visto hasta ahora, a la escritora le ha sorprendido sobre todo “la preocupación que tienen los nuevos realizadores por los vínculos”. Muchos de los largometrajes que forman parte de la sección tienen a la familia como tema principal y eso le ha llevado a preguntarse el porqué.
Sea como fuere, Enríquez está disfrutando y saboreando cada sesión de cine a la que acude. “Gracias al entusiasmo del público, todas las funciones son divertidísimas. La relación entre las películas y los espectadores es muy intensa y eso es algo que el Festival no debería perder nunca”, piensa.
Sobre su relación con el resto de miembros del jurado, Enríquez explica que es excelente. “Vivimos como en una burbuja. Todo está siendo muy armónico. Después de cada sesión comentamos las películas de una forma muy relajada. Tengo la impresión de que al final del Festival no nos resultará difícil llegar a un consenso”, apuesta.
Iker Bergara