300 millones de mujeres de América Latina no tienen permitido interrumpir su embarazo con garantías. Concretamente en Argentina muere una mujer cada semana después de sufrir un aborto ilegal. Ante esta situación, Juan Solanas, director de esta película que él cataloga, sin dudarlo un segundo, como “cine político”, decidió que era el momento de contar al mundo esta situación que cataloga como “universal; no es una historia de Argentina, es una historia del mundo”.
La ola verde recoge las vivencias de varias mujeres que luchan por estos derechos fundamentales, y aborda la posición del feminismo y de las mujeres argentinas en un país en declive. “La idea de la película me vino la mañana en la que se aprobó la ley en la Cámara de los Diputados. Tres días después, mientras esperaba el voto del Senado, rodé las primeras imágenes en las calles de Buenos Aires, con dos ideas claras. La primera era reproducir la realidad tal como era, sin intervenir y filmando lo que sucedía ante la cámara. Este enfoque directo y espontáneo también fue una salvaguardia para mí. No me daba tiempo para intervenir y me obligaba a adaptarme a lo que surgiera, rodando con la urgencia que refleja tan bien esa realidad en la que una mujer muere cada semana víctima de un aborto clandestino. Así, la cámara era una ventana a través de la cual los participantes podrían decir la verdad. Y por encima de todo no se trataba de hacer un panfleto ni un folleto. Quería mostrar la verdad tal y como era y, sobre todo, me propuse no caer en el error de caricaturizar a la posición contraria”. Añade que “de esta primera idea surgió la segunda: adoptar el método más sencillo que consiste en capturar la realidad alterándola lo menos posible utilizando una única persona con una cámara. El hecho de grabar así ayudaba mucho a la hora de hacer las entrevistas porque las personas a las que filmaba disponían de intimidad para interactuar plenamente con la cámara”.
Lo acompaña la reconocida actriz Muriel Santa Ana, que conoce de primera mano lo que siente una mujer cuando es rechazada, expulsada de la sociedad por querer abortar. Santa Ana nos cuenta cómo fue la llegada de ese colectivo de mujeres a las calles en 2018: “Ese año, y por séptima vez, un colectivo de mujeres que defienden el derecho a un aborto legal presentó un proyecto de ley en un contexto particularmente tenso: Argentina vuelve a estar al borde del precipicio ya que el 36% de la población y el 48% de los menores viven en la pobreza”.
Dentro de ese contexto se formó un grupo de representantes de varios partidos dispuestos a apoyar esa ley. Después de un debate histórico que duró 24 horas, la ley se aprobó en la Cámara de los Diputados. “Es cierto que la posición antiabortista ha ganado la batalla pero las mujeres argentinas no se han rendido. Su determinación y su espíritu de lucha nos llenan de esperanza”.
Ambos remarcan la influencia de la iglesia en un país como Argentina, donde sigue siendo muy fuerte. “Es un debate que literalmente divide al país en dos, independientemente de la clase social o la ideología política”, añade la actriz. Sin embargo, en la película, repleta de testimonios de mujeres que lo vivieron en primera persona, de médicos y enfermeras, se ofrece una visión de quienes pertenecen a la iglesia que, en determinados casos, se muestran a favor al aborto.
El director Juan Solanas dirigió su primer corto, L’homme sans tête, en 2001, y en 2005 su primer largometraje, Nordeste, presentado en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes. En 2012 volvió a ponerse tras la cámara para dirigir a Kirsten Dunst en Upside Down (Un amor entre dos mundos). La ola verde (Que sea ley), su tercer largometraje, se presentó en una proyección especial durante el pasado Festival de Cannes.
María Aranda