Presentar a estas alturas a Hirokazu Koreeda (Tokio, 1962) a la audiencia del Festival se antoja una tarea vana. Cuatro veces ha competido por la Concha de Oro (con After Life. 1998; Hana, 2006; Still Walking, 2008; y Kiseki, 2011) y otras tantas ha estado presente en Perlak, ganando el premio del público por De tal padre, tal hijo y por Nuestra hermana pequeña. Un galardón al que el cineasta nipón, Premio Donostia 2018, vuelve a aspirar este año con La Vérité, su primera película rodada fuera de Japón, un melodrama familiar con un reparto de lujo encabezado por Catherine Deneuve, Juliette Binoche y Ethan Hawke: “Cuando en 2015 tuve claro rodar este proyecto, en la primera versión del guion ya estaban escritos sus nombres. He tenido la suerte de poder contar con el elenco soñado”, admite el cineasta.
El guion de La Vérité fue escrito originalmente en japonés, “luego lo tradujeron al francés y sobre ese material rodábamos de lunes a viernes. El sábado iba haciendo un montaje previo de lo que habíamos filmado y volvía a reescribir algunas secuencias que le pasaba al intérprete para que las tradujera el domingo antes de volver el lunes al set”. Aunque semejante ritmo de trabajo bien pudiera ser estresante, para Hirokazu Koreeda representa una intensidad moderada respecto a los tiempos habituales manejados por él en sus rodajes japoneses: “En Japón rodamos las películas durante un mes y a veces tenemos jornadas de trabajo de hasta dieciséis horas. Con suerte nos podemos permitir un día de descanso. Durante todo ese tiempo todos los miembros del equipo técnico y artístico establecemos una convivencia, mientras que trabajando en Francia me he tenido que acostumbrar a rodar únicamente ocho horas diarias de lunes a viernes. Aunque al principio me provocó desconcierto, terminé por pensar que igual tampoco es una mala opción, sobre todo pensando en que según me hago mayor necesito rodajes más relajados. De hecho, es poco probable que el año próximo venga a San Sebastián, ya que seguramente no tendré ninguna película lista para traer al Festival. Este año he decidido descansar un poco”, admite entre risas el cineasta.
Al margen de los horarios de rodaje, Hirokazu Koreeda admite no haber sentido grandes diferencias entre el hecho de rodar en Francia y hacerlo en su país natal: “La única diferencia es que al tener que recurrir a un intérprete para dirigirme a actores y técnicos perdíamos un poco más de tiempo, pero no creo que mi manera de dirigir se haya resentido por eso. No obstante, he de admitir que la barrera idiomática es lo que ha hecho que no haya dirigido antes en el extranjero. Ahora que por fin he dado ese paso, no me importaría repetir experiencia, ya fuera en Francia de nuevo, en Estados Unidos o en San Sebastián. Todo depende de que el proyecto me seduzca”.
La Vérité rezuma un aire muy francés pero, en el fondo, está imbuida de esa delicadeza en la mirada tan característica del cine de Koreeda cuando éste aborda las tensiones que se producen en el seno de la institución familiar: “Me sigo resistiendo a ser encasillado como un director de dramas familiares. De hecho no creo que esta película esté adscrita a dicho subgénero por mucho que narre la relación entre una madre y una hija. A través de los personajes de Catherine Deneuve y Juliette Binoche me interesaba explorar diversos patrones de comportamiento que se dan en las relaciones maternofiliales pero, sobre todo, me interesaba profundizar en el concepto de verdad”. En la película, Deneuve (en un registro que atesora un saludable aire autoparódico) interpreta a una diva del cine que acaba de publicar un libro de memorias plagado de mentiras, lo que la pone en conflicto con quienes integran su círculo más íntimo, como su asesor personal (que se siente infra reconocido) o su propia hija, una guionista que trabaja en Estados Unidos y está casada con un actor en horas bajas (papeles interpretados por Juliette Binoche y Ethan Hawke). Para el cineasta japonés “la mentira nos ayuda a sobrevivir, a enfrentarnos a nuestro día a día y eso es un poco lo que le pasa al personaje de Catherine Deneuve. Pero también su hija necesita de la mentira, de hecho se miente a sí misma al pensar que su marcha a EE.UU fue una decisión personal en la que su madre no tuvo nada que ver”.
"Es poco probable que el año próximo venga a San Sebastián. No tendré ninguna película lista"
"He tenido la suerte de contar con el elenco soñado. Siempre pensé en Deneuve y Binoche"
Sobre su labor dirigiendo a un mito como Catherine Deneuve, Koreeda confesó que es una actriz que siempre le ha inspirado y que hay trabajos suyos, en concreto, de los que se ha servido abiertamente para esbozar el personaje que interpreta en La Vérité: “Sus interpretaciones en Piel de asno de Demy y en El último metro de Truffaut siempre las tuve en la cabeza mientras escribía el guion. La verdad es que Catherine está lejos de ser lo que entendemos por una diva. En el rodaje no parecía preocupada ni un solo momento en cómo estaba quedando su trabajo, pero sí en cómo nos estaba saliendo la película”. En este nuevo desafío que ha asumido haciendo cine fuera de Japón, Koreeda asegura que hay actores internacionales con los que le apetecería mucho trabajar: “De entrada me gustaría repetir algún día con Ethan Hawke pero también probar a hacer algo con Javier Bardem o Willem Defoe”, admite con una sonrisa que da a entender que la aventura internacional del cineasta japonés está lejos de quedar agotada con La Vérité.
Jaime Iglesias