Uruguay, años setenta. La economía del país se convierte en atracción para muchos y el mercado financiero del país pasa a ser un buen escenario para hacer desaparecer el dinero sin dejar huella. Humberto, protagonista de Así habló el cambista, lo sabe: Comienza una estrepitosa carrera en la compra y venta de divisas extranjeras, patrocinado por su suegro que ya es veterano en el negocio de fuga de capitales.
Federico Veiroj, director del film, se topó con la historia en “una especie de biblioteca improvisada en una pequeña ciudad de Uruguay que se llama Castillos, en un pequeño centro cultural. Vi el lomo del libro, me llamó la atención el título, y eso me llevó a que lo cogiera y comenzara a leerlo. Después, cuando contacté con la viuda del escritor, supe que ella había dejado el ejemplar que yo encontré. Entonces, en 1979 no era muy conocido, solo se hizo una edición pequeña en Argentina y Uruguay y nadie lo conocía”. Fue en ese momento cuando Veiroj supo que de ese libro se podría hacer una gran historia. Es tal la magnitud de la historia, que el ya nominado a los Oscar por su película La vida útil vuelve a competir por la estatuilla en la siguiente edición. “Cuando me pasó con mi segunda película fue motivo de gran alegría. En ese momento el film se había estrenado y eso ayudó a que fuera algo más de gente a verla. No es solo el privilegio de que hayan escogido mi película; creo que es importante para generar más interés en el público y que conduzca a que la gente vea mi trabajo. Me parece espectacular que los espectadores puedan descubrir mi trabajo gracias a los premios y los festivales”.
El director estrenó en 2008 Acné, su primer largometraje, ganador, entre otros, del Premio TVE de Cine en Construcción en San Sebastián 2007. Además, compitió en Horizontes Latinos en 2008, sección en la que formaría parte del jurado un año más tarde. La vida útil obtuvo el Premio de la Industria Cine en Construcción en la edición de 2009 y se exhibió al año siguiente en New Directors. El apóstata (2015) también compitió en San Sebastián en la Sección Oficial y recibió el premio FIPRESCI y una mención especial del jurado. En 2018 presentó en Zabaltegi-Tabakalera Belmonte, su cuarto largometraje, y dos años antes formó parte del jurado de esa misma sección.
La idea de llevar a la gran pantalla Así habló el cambista se remonta al año 2012: “Sentí que, una vez llegada la inspiración al leer el libro, me apropié de una historia que jamás había sido contada. Sentí la libertad de hacerla mía. Trabajé junto al director de fotografía y coguionista de la película, mi gran amigo Arauco Hernández”. Para Veiroj, el mayor desafío de este proyecto ha sido “mantener con la llama encendida una historia que desde siempre me gustó. Desde el primer día, la novela me mantuvo ahí y creo que es algo que es importante recordar”. El director confiesa que “hay muchas cosas que se fueron y muchas otras que se quedaron; desde escenas de acción o la voz en off de los diálogos”. Pero, sobre todo, “quisimos ser fieles al humor que tiene el libro, el tono en que está escrito y también nos centramos en la visión que tiene del mundo ese personaje que, por cierto, en el libro no tiene un nombre”. Ellos decidieron bautizarlo como Humberto, protagonizado por Daniel Hendler. Dolores Fonzi es su compañera de reparto. “De mis cinco películas es la primera en la que trabajo con un protagonista que es actor profesional. Fue un lujo; lo aproveché, lo trabajé, ensayé, me divertí y los actores estuvieron muy receptivos durante todo el proceso”. Cuando le preguntamos por la elección del reparto confiesa que “Hendler siempre fue un candidato”.
Esta vez, Veiroj se ha encaminado hacia una gran producción, una película con una base muy sólida. “Me di cuenta de que necesitaba un despliegue de producción de actores que me ayudaran a construir un mundo de fantasía, de contrastes, que me permitiera ir más allá del retrato de una época concreta”. El director asegura que “tenía la necesidad de crear una gran mentira, una gran farsa enmarcada en una época concreta”.
María Aranda