"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Una de las cosas más hermosas que pueden acontecer durante un festival de cine es contemplar a una audiencia entregada a una historia que evoca una realidad aparentemente inextricable para el espectador. Los aplausos cosechados ayer por la película china Lhamo and Skalbe, cuarto largometraje del cineasta tibetano Sonthar Gyal, evidenciaron que, más allá de barreras culturales, el público suele conectar con una película cuando en ella hay verdad y emoción. Lhamo and Skalbe cuenta algo tan simple (y a la vez tan complejo) como una historia de amor entre dos jóvenes de una remota región que se mueven entre el apego a las tradiciones de su pueblo y el deseo de liberarse de las ataduras que estas les plantean. Todo ello con el telón de fondo de los ensayos de una ópera inspirada en el poema épico más largo y conocido de la tradición tibetana.
El director, en la rueda de prensa que siguió a la proyección, manifestó que “esta película no es un cuento de amor perfecto, ya que muestra a una mujer con un sentimiento de culpa muy acusado esforzándose por encontrarse a sí misma. La diferencia entre el personaje de Lhamo y el de la ópera que ella interpreta radica en que mientras esta es una mujer que bajó a los infiernos y tuvo que esperar a que su marido acudiera a rescatarla, Lhamo es alguien que busca salvarse a sí misma”. Según la protagonista del film, Dekyid, “el conflicto que vive mi personaje es un poco el que afecta a todos los tibetanos, necesitamos ser aceptados, reconocidos”. La actriz también quiso recalcar que, en cierto modo, Lhamo encarna a la mujer tibetana contemporánea, algo en lo que estuvo de acuerdo su compañero de reparto, Sonam Nyima: “Nuestros personajes reflejan el choque cultural que hay entre la gente de nuestra generación y nuestros padres o abuelos. Para los jóvenes lo que mueve todo es el amor”.
No obstante, tanto Sonthar Gyal como sus actores y los productores del film, presentes también en la rueda de prensa, negaron que la película busque dar una respuesta a ese conflicto. “Nunca hay una conexión del todo clara entre lo correcto y lo incorrecto, entre el bien y el mal, por eso resulta difícil juzgar el comportamiento de mis personajes. Yo, desde luego, no he deseado hacerlo”, dijo el director.
Jaime Iglesias