Josefina Molina recibió el Premio Nacional de Cinematografía en la 67 edición del Festival de la mano del ministro de Cultura, José Guirao. La sala Prisma de Tabakalera fue el escenario escogido por los responsables del Ministerio de Cultura para la ceremonia de entrega del Premio que “se entrega por fin a alguien que realizó películas que no sólo reflejaron momentos de cambio, sino que ayudaron a la sociedad a asumir esos cambios”
Molina es la primera directora en recibir este galardón, y tras mostrar su alegría y agradecimiento, dedicó el premio a aquella niña cordobesa que luchó para cambiar el hecho de que las mujeres “estábamos destinadas a ser amas de casa”. Ella en concreto expresó emocionada que si no se hubiera dedicado al mundo del cine, se encontraría en medio del vacío, a pesar de la precariedad de aquel momento para las mujeres. También puso en valor a las mujeres que se han dedicado al mundo del cine y a “todas las que han peleado por nuestros derechos”. “Quiero que sigan batallando para que las mujeres cineastas tengan los mismos derechos que sus compañeros y mejoren sus condiciones laborales”.
Además, alertó del incremento de la violencia contra las mujeres en España, preguntándose: “¿cómo podemos vivir con tal aberración?”; al tiempo que censuró el “desperdicio de capital humano y de talento” que, a su juicio, supone la actual ausencia de las mujeres en cargos de responsabilidad en el mundo de lo audiovisual. Ya que “el cine es y será una de nuestras mejores armas para el avance”. Aunque la homenajeada también quiso resaltar que a lo largo de su carrera se ha encontrado con muchos hombres que le han tratado como a una igual.
La primera mujer española en diplomarse en Dirección por la Escuela Oficial de Cine
Por su parte, José Guirao afirmó que Molina es “una mujer que mostró una España que ansiaba nuevos aires, y la sociedad salda una deuda con este premio otorgado a una mujer que es un modelo para generaciones de cineastas”.
La primera mujer española en diplomarse en Dirección por la Escuela Oficial de Cine, que tras dirigir varios cortos trabajó en series de televisión como “Hora Once”, dirigió su primer largometraje, Vera, un cuento cruel, en 1974, tras el cual siguió en televisión con “Estudio 1” entre otras hasta 1980, año en que dirige el cortometraje La tilita: “Se convirtió en la primera mujer en tratar el género erótico con humor” ha recordado la directora y guionista Patricia Ferreira en su intervención, “en todo momento encaró diferentes géneros y siempre con la valentía que le caracteriza”.
En 1981 dirigió Función de noche, largometraje nominado a mejor película en el Festival Internacional de Chicago y a mejor intérprete española (Lola Herrera) en los Fotogramas de Plata. Dirigió Esquilache, su siguiente largometraje, en 1989, nominado al Oso de Oro en el Festival de Berlín y a once premios Goya (entre ellos mejor película y mejor dirección), de los que ganó el premio a mejor actor de reparto (Adolfo Marsillach) y mejor dirección artística (Ramiro Gómez y Javier Artiñano).
En 1991 dirigió Lo más natural, nominada al Goya a mejor actriz, mejor dirección artística y mejor banda sonora original, ganando este último, y en 1993 dirigió su último largometraje, La Lola se va a los puertos, tras lo cual trabajó en televisión en series como “Función de noche” (1995) y “Entre naranjos” (1998).
El director de teatro José Carlos Plaza también habló con inmenso cariño sobre la premiada: “Josefina Molina es una apasionada y enamorada de la imagen y la palabra. Una pensadora de la palabra y una mujer del Renacimiento con un rigor volcánico y una honestidad extrema con su vida y su trabajo. Siempre ha ido a contracorriente y sigue haciéndolo, y yo me pregunto: ¿No seremos los demás los equivocados?”.
Nora Askargorta