"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
“Un viaje hacia el futuro, un viaje hacia un abrazo, un deshielo. Una película que representa pequeños dolores alrededor de un gran dolor”. Con estas primeras palabras presentaba ayer Aitor Gabilondo la serie “Patria”. “Una historia contada a ras de suelo, la historia de dos familias con las que nos podemos sentir todos identificados”.
El Zinemaldia ha sido el marco inmejorable para presentar las primeras imágenes de la serie, y el resultado no pudo ser más prometedor. La prensa aplaudió y se emocionó con las primeras escenas. Lágrimas y piel de gallina en la presentación.
Todo comienza con el cuerpo de Txato asesinado en el puente y su mujer rota de dolor recogiéndolo sin que nadie le ayude, y sigue con las torturas policiales a un preso etarra, porque Gabilondo dejó claro que se contará el dolor de ambos lados. “Si no hubiera terminado como termina no me hubiera interesado, porque más que hablar de ETA, es un viaje hacia el futuro, hacia un abrazo que es duro, ya que es difícil equilibrar justicia y reconciliación”. Aunque también dejó claro que ese abrazo “no es la única opción. Se puede no abrazar, pero la violencia lo destruye todo, al que la ejerce y al que la sufre y cuando se niega o se ignora el dolor ajeno, es cuando se envenenan las relaciones. La sangre derramada por unos parece justificada por la que antes derramaron otros, y eso es un círculo sin final, y esas dos mujeres deciden terminar con ese ciclo de odio”, concluyó.
Esas dos mujeres son Elena Irureta y Ane Gabarain que ante una sala abarrotada, donde se sintió la emoción, Irureta dijo sentirse “muy protegida durante el rodaje. Ha habido escenas muy duras. El resultado me ha impactado muchísimo”. Ante la emoción de la actriz, Gabarain añadió que han trabajado “muchísimo”, que han puesto “toda la carne en el asador” en esta serie, para la que se ha hecho “un colosal trabajo de caracterización”.
Y es que sus responsables han optado por un actor por personaje, pese a que se desarrolla a lo largo de treinta años, por lo que el equipo de maquillaje ha puesto todo su empeño para envejecer a los miembros de estas dos familias que cautivaron a Gabilondo cuando leyó la novela superventas de Fernando Aranburu.
Pequeños dolores alrededor de un gran dolor
La misma importancia a que los actores fueran de aquí le concedió Gabilondo al hecho de que se rodara aquí, aunque Gabilondo confesó el vértigo que le produjo regresar a las calles de Donostia para filmar algunas de las secuencias. En las imágenes se pudo ver una manifestación en los años 80 en el Bulevar que dejó a todos con la boca abierta y que justificó la decisión de rodar en sitios reales que el director recordaba “con autobuses quemados, manifestaciones, y que ahora no se parece en nada”.
Ahora, ya sólo falta ver la traducción televisiva para HBO que se estrenará en 2020 y que no podía empezar de mejor manera.
Nora Askargorta