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Rodar una película sobre la Guerra Civil nunca ha dejado de ser una operación de riesgo en un país donde, da igual el tiempo que pase, prevalece una acusada tendencia fratricida. Alejandro Amenábar es consciente de ello, de ahí que, al ser preguntado sobre si tuvo dudas a la hora de embarcarse en un proyecto como Mientras dure la guerra (que ayer presentó en el Festival), el cineasta madrileño hiciese acopio de sinceridad: “De entrada, cuando haces una película siempre hay que ir con el casco puesto pero, en este caso, cuando ya teníamos cerrado el tema de la financiación con MoviStar, me pregunté ‘¿de verdad tengo necesidad de meterme en esto?’. Luego pensé, si Unamuno fue capaz de levantar la voz ante aquello, yo tengo que hacer esta película”.
Mientras dure la guerra evoca los últimos días del filósofo y escritor bilbaíno Miguel de Unamuno y su posición ambigua respecto del golpe de Estado militar que propició el inicio de la contienda: de apoyarlo a condenarlo en apenas cuatro meses. La complejidad del personaje (que en la película está interpretado por Karra Elejalde) fue uno de los motivos que motivaron a Amenábar a impulsar este proyecto escrito hace tres años en compañía del guionista Alejandro Hernández. La otra razón fue la situación política que vive a día de hoy España: “Si hace tres años ya nos parecía que hacer esta película podía ser pertinente o inoportuno, ahora lo es incluso más”, manifestó el director para quien “actualmente estamos asistiendo a un repunte del fascismo; cuando creíamos que era algo extinto o que formaba parte de una cierta mitología, resulta que está ahí en ciertas actitudes que dominan el discurso político actual: en la pasión desaforada, en la falta de respeto. Son actitudes que me molestan bastante”.
En este sentido, Amenábar se rebeló contra ese axioma según el cual en España se han hecho ya demasiadas películas sobre la Guerra Civil y argumentó porqué, según él, en estos momentos, parece haber un renovado interés por el tema: “Ahora hay como un salto generacional. Los que crecimos durante la Transición nos hemos dado cuenta de que, pese a ser un episodio histórico que estudiábamos en el colegio, sabemos muy poco de todo aquello. Nuestra generación ha pasado por la Guerra Civil de puntillas”. En este sentido el director afirmó haber aprendido muchas cosas que no sabía sobre la intrahistoria del golpe militar del 18 de julio mientras preparaba la película, poniendo énfasis en su compromiso con el rigor histórico al escribir el guion, algo que también fue subrayado por el productor del film, Fernando Bovaira: “Contamos con asesores históricos y con asesores militares, siempre tuvimos claro que nuestro acercamiento a aquellos días debía estar bien fundamentado, no podíamos permitirnos ningún atisbo de frivolidad”. Por su parte Karra Elejalde manifestó que su aproximación a la figura de Unamuno fue sencilla puesto que “un actor es una simple herramienta en manos del director”.
Jaime Iglesias