"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Una frase de la añorada Agnès Varda inspira la exposición “Una computadora, una cámara y un gato”, que se pregunta por la relación entre cine y arte desde la mirada de quienes atraviesan ambos mundos sin distinguirlos. Comisariada por Iván de la Nuez, al ensayista y crítico de arte cubano le interesaba “trabajar con artistas que tienen incorporada una forma fílmica y cineastas con un pie en el medio artístico. Cuando a Agnès Varda le preguntaban si era cineasta o artista respondía que esa pregunta no era relevante”.
Junto a las intervenciones con material fílmico de Txuspo Poyo, la visión crítica de Stan Douglas y fotografías de la serie cubana de Agnès Varda, la exposición cuenta con la proyección de una obra de la cineasta y activista feminista Barbara Hammer, que también nos dejó este mismo año. En palabras de Iván de la Nuez “Superdyke es una pieza LGTBI pionera, que abre un camino entre el cine y el videoarte en una época en la que las barreras eran muy claras”.
Para el comisario de la exposición, que se puede visitar en Cibrian Gallery (C/Hernani 21), “lo visual, lo escrito, ya ha roto sus fronteras, estamos abocados a un nuevo paradigma audiovisual. Hay una mixtura que propone una nueva realidad”. Lo demuestran Renier Quer Figueredo, que dispone otro montaje de Octubre (Sergei M. Eisenstein, 1927) mediante storyboards de una serie de personajes adormecidos, y Joan Fontcuberta, que cuestiona el lugar del fotógrafo y la relación de Blow-Up (Michelangelo Antonioni, 1966) con la pornografía.
ANTONIO MIGUEL ARENAS