"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Hace un año arrancaba la primera promoción de la Elías Querejeta Zine Eskola, cuya estructura circular gravita alrededor del Zinemaldia, del que a lo largo del curso hemos ahondado en su historia y preparación. Se nos encargaba ahora el reto de contar nuestra primera vez viviéndolo desde dentro, pero coincidiremos en que la mayoría de primeras veces es mejor no recordarlas. Y menos en público. Quizás por eso creo en las segundas veces, una oportunidad de enmendar nuestros errores sin perder esa inocencia con la que dejarnos sorprender. Porque en el fondo volver a un festival es un regreso a casa, un reencuentro con la historia del cine y el deseo utópico de convertir estos días en una arcadia lejana.
Desde esta columna ese y no otro será el propósito, redescubrir el festival desde el punto de vista y las impresiones de aquellos que vuelven a San Sebastián por segunda vez, como Bertrand Bonello, que presenta Zombi Child en Zabaltegi-Tabakalera tras competir por la Concha de Oro en 2016 con Nocturama. Y por qué no, de aquellos que lo hacen por partida doble, como el cineasta guatemalteco Jayro Bustamante, que presenta Temblores y La llorona en Horizontes Latinos.
Ahora que la escribo por última vez primera, me doy cuenta de que pienso en esta suerte de trinchera, no infinita pero sí diaria, como una forma de revelar los vínculos invisibles que sostienen el festival en el tiempo, pero también de continuar la conversación sobre la película que vimos el día anterior. Una invitación a leerla con otros ojos y evitar que se pierda en la inmensidad del programa. Del primer pase de Seberg en el Victoria Eugenia al último de Parásitos aún nos quedan unas cuantas colas por compartir, espero que esta sea solo la primera de muchas segundas veces que coincidamos.
Antonio Miguel Arenas