"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Ignas Jonynas (director y guionista) y Kristupas Sabolius (guionista) llevan doce años trabajando juntos. En 2013 visitaron el Zinemaldia para presentar su debut en el largometraje, Losejas (The Gambler) que se estrenó en New Directors. Regresan ahora con Nematoma, su segundo largometraje, premiado en la pasada edición de Glocal in Progress, donde nos adentran en el universo de Jonas, que finge ser ciego parar entrar en un concurso de baile de televisión. Al mismo tiempo, Vytas, un viejo conocido de Jonas, sale de prisión sediento de venganza, y ambos deberán enfrentar las consecuencias de vivencias pasadas. Explicaba el director que su proceso de creación arranca siempre con la búsqueda de un tema principal desde el que armar el resto del guion. “Observamos nuestros contextos, nuestra sociedad, en busca del núcleo de algunas problemáticas y desde ahí desarrollamos el enfoque con el que abordar esa temática”.
Sabolius resalta que tardan una media de cuatro años en preparar cada guion porque necesitan entenderse primero a sí mismos: “hay una primera fase de descubrimiento de lo que queremos contar en esencia. Años de investigación y descubrimiento, modelando una estructura que represente nuestra mirada al mundo, o al menos nuestra reacción frente al tiempo presente, porque tenemos una gran necesidad de entender la era actual”.
Nematoma aporta un análisis de la era de la manipulación de las imágenes, tanto en televisión como en las redes sociales, donde políticos y gente común muestran una imagen mejorada de sí mismos, que no siempre concuerda con la realidad. “Esa paradoja entre imágenes y ceguera es el punto de partida ideal desde el que proponer la cuestión fundamental: cómo encubrimos la verdad, cómo la enfrentamos en nuestras sociedades”.
Con una estructura similar a cualquier tragedia griega, la película concede un papel protagonista al universo de la danza. Más allá de las coreografías que cualquier persona puede ver, aporta un lenguaje corporal que no es eminentemente visible y tiene una relación directa con las sensaciones de los bailarines. De ahí que quisieran jugar con el contraste de la esfera visual artificial frente a la intimidad y autenticidad del contacto físico que nace entre ellos. Por otro lado, la naturaleza está muy presente en el film, reforzando esa dicotomía entre lo artificial, y lo esencial y verdadero.
De manera expresa han definido la película dentro del estilo neo-noir, cuidando especialmente el tratamiento de la luz y las sombras, con un protagonista que encarna al antihéroe aunque con algunos giros de guion que conducen la reflexión hacia las consecuencias que entraña descubrir la verdad de uno mismo, ya que el peso de la culpa también recibe un rol clave.
A pocas horas del estreno de su película, Jonynas recuerda que se sienten honrados de volver por tercera vez a San Sebastián, donde se sienten como en casa: “La primera película de un director es siempre algo muy especial, como si fuera el nacimiento de tu primer hijo, y cuando alguien confía en ti y te dice que tu trabajo es interesante para el mundo, es muy gratificante. Nos ha costado mucho llevar a cabo este segundo largometraje. El premio que recibimos en San Sebastián fue un inmenso regalo que propulsó que pudiéramos acabar la película con una calidad excepcional.
Amaiur Armesto