"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La historia que llega desde Cuba, gracias a su director Armando Capó, tiene la suya propia en el Festival. En el año 2014 el film Agosto fue seleccionado por el Foro de Coproducción. Según nos cuenta el director, “aparte de que el proyecto gustara, el apoyo era indispensable, teniendo en cuenta el momento complicado que se vivía en Cuba. Y el hecho de que eso se percibiera fue determinante”. Años más tarde, en 2017, “entramos en Cine en Construcción”. Armando Capó confiesa que “fue muy bonito porque empezamos a editar quince días después de terminar de grabar, y proyectarla en pantalla grande aquí nos sirvió para entender cómo estaba funcionando la película con un público que la analiza de manera objetiva”.
El film se ubica en Cuba, en un verano de la década de los noventa, en medio del Período Especial, que implica una de las más grandes crisis del país. Miles de cubanos intentan llegar ilegalmente a Estados Unidos siendo conscientes de que la probabilidad de sobrevivir no está garantizada. Carlos, un joven de catorce años, se sumerge en esa realidad de los balseros, que convive con su despreocupado verano, en el que el protagonista vivirá primeras experiencias de amor y desamor, a la vez que vecinos y amigos marchan en busca de una oportunidad.
“El Festival de San Sebastián es el punto de partida de la película”
“Esta es una historia que yo había vivido. En esas vacaciones pasó todo lo que se cuenta en la película: La playa se llenó de balseros, la gente construía balsas y todos convivíamos en aquél pueblo costero; sin que yo, a mi corta edad, me diera cuenta de lo que aquello significaba”. El director añade que “la noche antes de que los balseros se fueran era muy tensa. Se sentía el miedo a la muerte, a lo desconocido. Recuerdo que salía de casa y me acercaba a la playa a mirarlos, incluso comía y vivía ciertos momentos con ellos”. Es por eso que este film está contado desde el punto de vista de un joven adolescente. “Carlos se parece un poco a mí. Eso fue importante para crear ese feeling entre nosotros y para conseguir que el personaje esté tan vivo y sea tan real”. Sobre su experiencia, comparte: “Me acuerdo del temor de quedarnos solos, de que un día mis padres decidieran marcharse, tal y como habían ayudado a muchos otros a hacerlo. Y quizás por eso existía el miedo, cada día, de despertarte y ver que ellos también habían decidido emprender el viaje”.
Para el director, la situación de la industria cinematográfica en Cuba es “muy interesante. Llevamos tiempo intentado hacer transformaciones en ella. Se están desarrollando medidas que dan lugar y apoyo a cineastas independientes”.
Sobre el Festival no tiene más que palabras de agradecimiento. En este caso, sin duda, con sentido, al ser, según sus palabras “el punto de partida de la película”. Armando Capó considera que “este lugar hace que Agosto tenga un recorrido por otros festivales”, y finaliza afirmando que “si hay un lugar al cual la película le debe su agradecimiento ese es San Sebastián”.
Maria Aranda