"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Regresas a San Sebastián dos años después de participar en New Directors. ¿Cómo recuerdas aquellos días?
Aquel estreno en el Kursaal fue el momento más especial de la película, fue como el inicio de un buen presagio, como si ese día la película naciera para el mundo y luego ya todo fue muy bello. Ese momento, en mi memoria, va a ser la proyección más hermosa de Matar a Jesús. Por otro lado, volver al festival me ha permitido recordar al público de San Sebastián, que es cálido y generoso, que reconoce la virtud que hay en el riesgo mismo de hacer una película. Es algo precioso.
Sin embargo, en esta ocasión no presentas ningún largometraje sino que formas parte del Jurado. ¿Cómo asumes esta nueva faceta?
Volver a San Sebastián es como volver a casa y estar del otro lado también es muy exigente. Ser jurado es una responsabilidad muy grande porque yo sé el impacto que tiene participar en este Festival y la repercusión que implica ganar un premio o recibir una mención. Este Festival tiene un reconocimiento a nivel internacional que hace que llevar su sello cambie el rumbo de tu película.
Siendo cineasta, ¿cómo enfocas tu función como Jurado? ¿Qué esperas encontrar en las películas que optan al premio Kutxabank-New Directors?
Yo no estoy intentando buscar la película perfecta, porque precisamente sé lo difícil que es hacerla y que a excepción de algunos genios, que son muy pocos, el resto de cineastas se van haciendo con el tiempo. Espero encontrar un autor que se esté planteando preguntas profundas, que sean válidas para la vida, para el mundo, para el ser humano y que formalmente las realice de manera interesante, hasta el punto de que me provoque ganas de seguirle de cerca y ver sus trabajos futuros. Estamos en un momento muy oscuro. El mundo es demasiado banal y superficial y siento que el arte, y el cine en particular, deben ofrecer algo que pueda generar una emoción y una pregunta que sea valiosa.
¿Cómo está siendo la experiencia con el resto del Jurado?
Es una experiencia muy bella porque todos somos tan distintos, y venimos de lugares tan dispares geográfica y culturalmente hablando que uno pensaría que no tienen nada en común. Y al final en el Jurado te das cuenta de que es en la humanidad y los sentimientos que todos conocemos donde opera el cine, precisamente. Obviamente nuestras diferencias tienen un impacto en cómo nos relacionamos con ciertos temas, emociones o paisajes, pero por encima de todo estamos hablando desde algo en lo que todos nos reconocemos.
¿Cuál será tu siguiente proyecto?
Estoy en una película que empecé escribiendo sola y luego entró Manuel Villa, que es un documentalista, y María Camila Arias, guionista de Pájaros de verano. Es un guion muy distinto a Matar a Jesús. Se llama Los reyes del mundo y es la historia de cinco chicos que se van desde Medellín hasta el Bajo Cauca, una zona bastante convulsionada de Colombia, a reclamar un pedazo de tierra para por fin tener un lugar para ellos. La produce Ciudad Lunar, la productora de Ciro Guerra, y rodaremos el año que viene. Estoy muy emocionada de volver a filmar y también muy asustada porque, obviamente, quiero ir mejorando.
Amaiur Armesto