"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Algo que no se cuenta de esta columna es cómo se producen esta serie de reencuentros que leen cada día. Con Maddi Barber estuve conversando cerca de una hora que se nos hizo corta, a Meritxell Colell con robarle cinco minutos de sus ocupaciones de jurado nos sobró tiempo, mientras que José María Avilés me respondió directamente por audios de Whatsapp. En cambio, a Oren Gerner no le he entrevistado. Pero ni saludado siquiera. Como su madre habla español, espero que si termina leyendo este diario le mande saludos de mi parte y le traduzca lo siguiente.
No supe qué decirle tras la emocionante proyección de Africa, lo que tenía que preguntarle lo respondió en el coloquio. Al igual que lo que él tenía que decir sobre su familia lo manifiesta en su ópera prima, con la que regresa al festival tras ser premiado en 2014 por su cortometraje de graduación, Greenland: “Esta película es una extensión de aquel trabajo previo. Para mí el cine es una forma de comunicación, la hice por entender mejor nuestra relación, la personalidad de mis padres y de mí mismo”.
Ironías de la vida, hace cinco años yo también vine por primera vez al Festival. Hoy me veo escribiendo en sus páginas que Oren Gerner regresa para impartir una clase magistral a los estudiantes de Nest, a quienes manda un consejo: “Lo más importante es hacer una película sobre algo que conocen muy bien, de lo que tienen intimidad. En mi caso era mi familia, mi casa. Te permite explorar las localizaciones y los personajes porque tienes más acceso a ellos, centras tu energía en lo que importa”. Creo que tendré que pasarme a saludar.
Antonio Miguel Arenas