"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
En la última jornada del Festival, Perlak ofrecerá a la audiencia donostiarra una de esas películas que hacen bueno el nombre de esta sección: Amazing Grace. Se trata de un insólito documental que recoge los dos conciertos de góspel que Aretha Franklin ofreció en una iglesia de Los Angeles en 1972 y que dieron lugar a la publicación de un mítico álbum en vivo, punto de inflexión en la carrera de la cantante. Aquellos conciertos fueron filmados (por encargo de Warner) por el director Sidney Pollack, pero todo aquel material permaneció inédito hasta que el entusiasmo de Allan Elliot lo rescató del olvido: “Fue un proceso complejo –explicó el realizador y montador de esta película que acudió ayer al Festival para presentarla–. Pero lo más complicado fue desmontar el malditismo que siempre rodeó este proyecto. Cuando me enteré de que existían esas imágenes del concierto de Aretha Frankiln me puse en contacto con Pollack, hablé mucho con él pero siempre se mostraba reacio a enseñármelas. Él me dijo que no estaba autorizado por un problema con el contrato de Aretha Franklin que fue lo que hizo que, finalmente, aquella película no viera la luz. Pero cuando al fin pude ver lo que había filmado, me di cuenta de que el verdadero problema es que Sidney nunca supo cómo rodar aquello y que, de hecho, lo que grabó tenía errores de principiante. Supongo que aquello fue frustrante para su ego y por eso utilizó el contrato de Aretha como excusa. Lo más curioso es que aquello, de tanto que se repitió, terminó por ser asumido por la propia cantante que siempre se mostró renuente a que aquellas imágenes vieran la luz. Únase a esto el hecho de que la división musical de Warner empezó a funcionar de manera autónoma respecto a la filial cinematográfica y se comprende porqué estas imágenes estuvieron ocultas durante casi cincuenta años”.
Actriz frustrada
Según Elliot, parte del resquemor que siempre tuvo Aretha Franklin para con el proyecto se debió a que ella asumió que este documental iba a ser su lanzadera para convertirse en estrella de cine: “Esa siempre fue su vocación frustrada. Simultáneamente, otras cantantes como Barbra Streisand o Diana Ross habían dado con éxito sus primeros pasos en la gran pantalla y ella aspiraba a lo mismo”. No obstante, Elliot no quiere cargar las tintas ni contra la cantante ni contra Sidney Pollack: “Sería un poco injusto y, además, he terminado por sentir una gran compasión por ambos. De hecho, Pollack, poco antes de morir, les comentó a los de la Warner: ‘Allan conoce esta película casi mejor que yo, así que dadle todas las facilidades para que pueda hacerla’. Siempre le estaré agradecido por ese gesto”. Quizá por ello Amazing Grace son dos documentales en uno. Es un tributo a la inigualable voz de Aretha Franklin pero también un homenaje al cine como arte imperfecto: “Me impuse el deber de honrar a Sidney Pollack tanto como a Aretha Franklin. Eso me llevó a documentar el propio proceso de filmación de aquel proyecto frustrado porque, además, aunque no hubiese querido hacerlo, resultaba inevitable. Hoy en día los equipos de filmación están compuesto por profesionales que actúan casi como ninjas: con sigilo. En aquella época, sin embargo, los técnicos se metían en plano y los operadores de cámara interferían en el trabajo de otros. No encontré casi ninguna imagen disponible donde no se viera a alguien del equipo de Pollack en acción, así que decidí aprovecharlo para mostrar sus métodos de trabajo”.
Jaime Iglesias