El fenómeno Campeones parece estar lejos de terminar. Tras llevar al cine a más de 3,2 millones de personas, recaudar más de 18,5 millones de euros y ser la elegida por la Academia para representar a España en los Oscar, ahora llega un documental sobre los protagonistas de la película de Javier Fesser.

En Ni distintos ni diferentes: Campeones, que se proyectó ayer en el Velódromo, pudimos ver a los nueve actores y actrices que dan vida al equipo de baloncesto de la película. Ellos nos permiten entrar en sus vidas para experimentar y vivir en primera persona su día a día, los relatos de sus familias, los centros de formación en los que se preparan, los trabajos a los que tienen acceso, sus relaciones afectivas y sus sueños. Parte del documental lo grabaron ellos mismos con los móviles que les facilitaron.

Este documental aporta una visión íntima y doméstica de la vida particular a través de la positiva mirada de sus protagonistas. Son muy parecidos a sus personajes en la película y desprenden la misma alegría, verdad y autenticidad.

Tanto la película como el documental tienen humor y ternura. La gente llora de risa y de emoción al mismo tiempo. De forma implícita transmite unos importantes valores y conecta con el público que acaba enamorándose de los personajes. Tienen verdad, espontaneidad y una mirada limpia y positiva, “esta creo que ha sido la clave, la causa de este fenómeno”, comentan tanto el director de la película Javier Fesser, como el del documental Álvaro Fernández. “Esta película ha ayudado a eliminar una especie de barrera que se da con la gente que tiene síndrome de Down. Existe una especie de respeto o miedo y creo que esta peli ha ayudado a que eso disminuya de alguna manera”.

Con este proyecto, han querido contar cómo es el mundo desde el punto de vista de gente que tiene una discapacidad y que vive en un mundo que no está preparado para ello, que les da la espalda. El documental, de alguna manera, complementa la película, profundiza en estos temas y cuenta con el optimismo de sus protagonistas.

“Yo exactamente no sabía muy bien lo que significaba tener una discapacidad intelectual antes de empezar con este proyecto, aunque al terminar todavía estoy más perdido”, confiesa Fesser. “La sociedad pone etiquetas. Por ejemplo en mi caso, yo soy director de cine, pero no me etiqueta por lo que no sé hacer, por lo que también me parece absurda la etiqueta de discapacidad intelectual”.

Película y documental están hechos partiendo de la base de que todos tenemos nuestras limitaciones y discapacidades, no sólo ellos. “Yo he trabajado con un grupo de personas que no tenían experiencia previa como actores, así que no di por hecho nada y pensé que lo que no podía rodar ya iría modificándolo sobre la marcha. En 9 semanas de rodaje no ocurrió nada de eso. No tuve que renunciar a nada de lo que me había planteado hacer”, cuenta Javier Fesser.

En Ni distintos ni diferentes: Campeones vuelven a subrayar la idea de que conocer a gente diferente, es una suerte. Todos somos diferentes y hay que presumir de ello, pero al mismo tiempo, todos nos parecemos más de lo que creemos.

Nora Askargorta