"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Ya está. Los festivales se viven con mucha intensidad, tanto para quien trabaja en ellos como para el público, prensa, jurados, invitados o los propios cineastas que desean encontrar un momento de respiro entre encuentros y entrevistas para ver los filmes de los otros. Pero los festivales terminan, como todo. Dejan posos amables o inciertos. La gente entra y sale de los cines, corre hacia otras salas, ve rostros conocidos por la calle o en la alfombra roja. Las ruedas de prensa son más intensas o más ligeras, multitudinarias o íntimas. La industria se mueve: productores que cierran acuerdos, distribuidores que compran películas, proyectos que obtienen el respaldo económico. La crítica cuestiona, aplaude y puntúa. La relación con las películas es vertiginosa: verlas, dejarlas en reposo, ahora salgo de una de Brillante Mendoza para entrevistar a Claire Denis y entrar luego a la carrera en una de Isaki Lacuesta. Los jurados deciden los galardones a otorgar. Los viajes desde aeropuertos hasta hoteles y viceversa se suceden a un ritmo frenético. El público deposita sus papeletas en las urnas que desvelarán sus gustos mientras que los miembros del Jurado de la Juventud hacen lo propio mientras ansían, quizá, ser ellos los juzgados en ediciones venideras. Lo mismo que los participantes en el encuentro de estudiantes, gente joven con las ideas claras en busca de su lugar en el mundo cinematográfico. Todos ansían un momento de paz para separar el cine de la realidad a través de un pintxo. También hay quien prefiere dejar un tiempo suspendido y escindido de la actualidad para ver una película de la retrospectiva clásica, hoy Muriel Box, al parecer un descubrimiento interesante a tenor de los ecos llegados. Los festivales son un ecosistema preciso pero imprevisible. Lo sabemos todo de ellos, pero en realidad no sabemos nada. Qué película funcionara mejor, cual respaldarán los espectadores y aplaudirá la crítica. Nos sentimos desbordados porque todo certamen cinematográfico tiene algo de montaña rusa. En un momento estás arriba, al segundo has llegado abajo. El Zinemaldia ha intentado ofrecer un panorama amplio, variado, desde la certidumbre igual que desde el riesgo y la expectativa. Un año más, pero no otro año más.
Quim Casas