"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Huck es una niña que habita un mundo de hombres. Su presencia en una sociedad en la que las mujeres están desapareciendo obliga a su padre a ocultarla bajo una máscara. Hablamos de México en un futuro cercano. Un lugar donde el narco es protagonista del día a día de niños como Huck, que ayuda a su padre a cuidar de un campo de béisbol abandonado en el que los narcos se reúnen a jugar. Cómprame un revolver es el film que Julio Hernández nos presenta en Horizontes Latinos. Su presencia en el Festival tiene “un significado especial”, explica, “porque hace diez años presentaba aquí Gasolina y supe que esperaba una hija. Diez años después esa niña que se llama Matilde es la protagonista de mi película”. De alguna manera, su vuelta al Festival es un homenaje a sus hijas y a ese décimo aniversario que cumple su trayectoria cinematográfica. “Es por eso que decidí que quienes tenían que interpretar a los personajes de mi historia no podían ser otras que ellas. Para mí incluirlas en el proyecto era la excusa perfecta para que entendieran el motivo por el que vivo en México”, añade, ya que sus hijas viven en Guatemala con su madre.
El director considera que “el cine es una profesión heredada” y disfrutaría si “el día de mañana ellas decidieran adquirir mi profesión”. “Les dije que íbamos a jugar a un juego. Íbamos a construir una historia juntos”. La reacción de las hijas cuando su padre les contó en qué consistía fue asegurarles “que iban a hacer la película de la que más orgulloso estaría”. Comenta que “mantenía conversaciones muy intensas cuando ellas no eran más que niñas, fue una sensación preciosa poder compartir la película con ellas día y noche”.
El porqué de la película también es curioso: “En 2015, tras presentar Te prometo anarquía en el festival de Locarno, me llamó un productor mexicano bastante importante para ofrecerme su apoyo en mi próximo proyecto. Pero en realidad no tenía ningún guion en marcha así que le mentí. Le conté que estaba trabajando en una adaptación de una historia y en ese momento leí la palabra ‘narcos’ en el periódico y se me ocurrió contarle que tenía que ver con ese tema. Le gustó y me pidió que le enviara fragmentos del argumento”. De esa anécdota ha llegado el film hasta la sección Horizontes Latinos, tras su paso por Cannes.
Sobre su experiencia al ganar el Premio Horizontes en 2008 confiesa que para él fue una absoluta sorpresa porque “para mí, mi cine es como el de una banda de garaje, creía que no estaba a la altura de los demás proyectos”. Quizá eso es lo que engancha de su cine, esa mezcla de cine de bajo presupuesto compensado con historias bien estructuradas y de mucho peso. De hecho, comenta que “antes de saber que sería ganador yo quería irme a Barcelona a pasar unos días porque ni me planteaba ganar y el Festival me ‘obligó’ a quedarme. Nunca me explicaron por qué fue, lo entendí cuando me dieron el premio”.
Cómprame un revolver es una historia familiar construida desde la mirada de una niña escondida tras una máscara en la que el empoderamiento de la mujer está representado por la inocencia de la infancia.
María Aranda