"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Un hombre sólo en el espacio. Un hombre que no podrá regresar a la tierra, que no tiene esperanza. Pero un hombre que no puede rendirse, que no puede morir porque tiene una gran responsabilidad, una niña a su cargo, que sólo le tiene a él. Esa niña le transforma.
Hace tiempo que la directora francesa Claire Denis quería rodar esta historia y lo ha hecho en High Life, que compite en la Sección Oficial y que ayer presentó junto a Robert Pattinson, Juliette Binoche, Agata Buzek y Mia Goth.
“Trabajar con un bebe ha sido una experiencia única. Era como tener un animal salvaje en el plató. Y al mismo tiempo, una fuente constante de sorpresas e inspiración”, fue lo primero que contó un Pattinson inquietante en este trabajo. Declaró que no abordó el papel como un hombre desesperado “sino que me encantó que mi personaje no tuviera un plan. Me provocó curiosidad afrontar un papel de manera tan física en lo que fue un rodaje muy orgánico en el que veías cómo la película crecía”.
Preguntada por el tratamiento del dolor en el film, la realizadora de High Life, Claire Denis, señaló que la tripulación, delincuentes condenados a pena de muerte que participan en un experimento, en una oscura y confusa misión, encerrados en una nave espacial que es una cárcel, que están sufriendo y saben que no tienen futuro, “aún tienen relaciones humanas, no son tan egoístas, y eso es importante, aún hay mucha ternura en ellos”. Y ella más que sexo ha querido hablar de deseo, otro de los temas que aborda la historia. “Todas las cuestiones que un ser humano pueda preguntarse los trata esta historia”, aportó la cada vez más grande Juliette Binoche.
Respecto al rodaje, en el que resaltaron la libertad que les ofreció la directora en todo momento y que el equipo realizó tras visitar un centro de astronautas para poder entrenar y ver cómo viven ellos, “al quedar antes para aprender, cuando llegamos al rodaje ya éramos de alguna manera una familia”, reveló la actriz francesa. “Cada escena era un desafío, pero Claire es una directora que de alguna manera forma parte de ti, te envuelve. Cuida mucho lo visible, pero al mismo tiempo se mete dentro de ti. Si no vas en la dirección correcta no se corta, te lo dice. Eso me encanta”, añadió. “Creo que ha sido uno de los papeles más fáciles de mi vida porque Claire es una de mis directoras favoritas y es fácil rendirte a alguien cuando confías en ella”, se sumó Pattinson.
En High Life hay muchas referencias al cine del espacio, no solo a Solaris. En esta película Andrei Tarkovski nos mostró que la ciencia ficción puede ser algo terrestre, que se puede hacer ciencia ficción sin monstruos, solo con hombres y mujeres. Y es esta la línea que sigue la cineasta. Nos ofrece un cine sensorial, una película incomoda y fascinante que nos habla de violencia y egoísmo, pero también de ternura y solidaridad y de los mecanismos del deseo y la frustración. Una película con muchos significados y que da que pensar, mucho que pensar.
Nora Askargorta