"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Se estrenó ayer, en el marco de la sección New Directors, la película mexicana La camarista, ópera prima de Lila Avilés en la que Gabriela Cartol encarna a Eve, una joven camarera de pisos que trabaja en uno de los hoteles más lujosos de Ciudad de México. Lila nos presenta una historia que parte en un primer momento del arquetipo de la madre soltera con escasos recursos, para mostrarnos a una mujer en un presente de tránsito, determinada a labrarse un futuro mejor. Un homenaje al trabajo invisible que tantas personas realizan hoy en día y especialmente a las personas más vulnerables que habitan la base de la pirámide del sistema capitalista.
En la película hay un alto componente de personajes femeninos, con la atención principal posada en la protagonista. La película avanza deshaciendo su aparente hermetismo y nos da pistas que nos ayudan a definirla en los momentos de intimidad y falsa tregua, cuando la cámara se detiene en la soledad de las habitaciones que limpia, y en sus interacciones con el resto de compañeras, compañeros y huéspedes de este hotel.
Gabriela debutó en cine protagonizando La tirisia, donde compartía créditos con la actriz Adriana Paz (El autor), que se pudo ver en el Festival de Karlovy Vary en 2014.
Precisamente, fue gracias a esa película que Lila supo de su existencia y la buscó para el casting de La camarista: “Fui su elegida… ¡y ella es la mía! Es una directora increíble, confío 100% en ella y ella en mí, y creo que el resultado se aprecia en la película”.
Gabriela reconoce haber tenido mucha suerte en su progresión profesional. Su madre la apoyó económicamente en los años de estudiante con la condición de que fuese capaz de vivir de ello una vez concluyera la carrera, una presión que no le permitía bajar la guardia: “Siempre supe que quería ser actriz, llevo diez años persiguiendo mi sueño, y cinco ya en activo. Considero que estoy entre las excepciones, una afortunada a la que la carrera le ha abierto los brazos”.
Más allá de técnicas actorales, cineasta y actriz trabajaron mucho juntas para conseguir ese hermetismo particular de Eve: “Desde que leí el guion me enamoré. Es el personaje soñado que cualquier actriz querría interpretar. Fue un trabajo con la directora muy personal, muy íntimo, de mucha confianza mutua, porque para Lila era imprescindible que yo entendiera al personaje. Ella llevaba muchos años investigando el universo de las camaristas”.
Una película que nos permite reflexionar sobre la naturaleza de las relaciones humanas en ámbitos plagados de jerarquías, roles de poder y uniformes, como metáfora de una sociedad entera en la que Eve debe sobrevivir y luchar por defender su lugar.
Actualmente Lila Avilés está inmersa en la escritura de su próximo largometraje, que será una historia autobiográfica.
En el número de ayer, por error, se mencionó en la entrevista con Koldo Almandoz la participación de su película Oreina en Zabaltegi cuando forma parte de la sección New Directors.
A.A.