"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Ayer se estrenaba en el Kursaal la película de María Alché Familia sumergida, tras su paso por la sección Cineasti del Presente del Festival de Locarno. Con una sala sin un solo asiento vacío se iniciaba la historia de la ópera prima de la directora, seleccionada por Cine en Construcción de San Sebastián 2017. Las expectativas estaban por las nubes y, teniendo en cuenta la reacción del público, no dejó indiferente a nadie.
Durante 91 minutos, la protagonista, Marcela, interpretada por una espléndida Mercedes Morán, intentará superar la reciente muerte de su hermana. Entre sus tareas obligadas se encuentra vaciar la casa de quién ya no está entre ellos: libros, fotografías, su aroma en la ropa que aún sigue colgada en los armarios de la casa, muebles y plantas, muchas plantas, que la protagonista decide llevarse consigo para amontonar en el living de su casa. Quizás porque abandonarlas sería similar a dejar atrás la parte viva que queda de su hermana Rina.
La historia evoluciona hacia situaciones que rozan el surrealismo, con visiones paranoicas que absorben a la protagonista que, por ausencia de atención en su casa, se empeña en mezclar fantasía y realidad incluyendo los fantasmas de familiares ya fallecidos. Además, se refugia en la compañía de un joven que su hija acaba de presentarle y que, adentrándose sigilosamente en la película, termina jugando un papel importante en la vida de Marcela durante el desmantelamiento de la casa de la difunta. Entre bailes, llantos y confidencias se va desarrollando una historia trágica y a la vez agradable en la que los personajes van mostrando poco a poco sus sensaciones más íntimas.
Como cabe esperar, la cotidianeidad de Marcela se ve trastocada con la llegada de todos estos acontecimientos que van acompañados de personajes vivos y muertos. Mientras tanto, sus familiares, tres hijos y un marido, seguirán viviendo su realidad, sus amores y desamores, sus preocupaciones, sin ser conscientes de que Marcela está perdiendo la noción de la realidad y, en consecuencia, la coherencia.
El primer largo de María Alché llega con fuerza a la sección Horizontes Latinos, con una última proyección este lunes a las 16:00h en los Trueba.
M.A.