"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Un verano en el sur francés es el punto de partida del primer largometraje de Romain Laguna, quien ha querido volver al lugar donde transcurrió su infancia en un pueblo cercano a Montpellier para situar allí la acción de su relato y adentrarnos en la vida de una chica que se aburre, que busca un sentido a su vida y que, al ver pasar un meteorito, se lo toma como una señal de que algo maravilloso está por llegar.
Rodada en 4:3, la película tiene una textura y una intimidad especial: “He intentado combinar diferentes niveles, por un lado una dimensión más onírica de ese espacio más poético y mental que caracteriza la película, con las escenas en el campo, por ejemplo, frente a la parte más realista, casi documental, con los jóvenes de barrio”. Romain ha querido reflejar el contexto social de manera fiel de una región dominada por la ultraderecha y con mucha población emigrante en los centros urbanos. De ahí que no sea una casualidad que todos los personajes los interpreten jóvenes locales: “Quería hablar de la desigualdad social presente en la región y jugar un poco con ciertos clichés, sin que fuera por ello el tema principal de la película –comenta Romain–. Entendí que desviando el foco hacia otras direcciones podía conseguir que el mensaje estuviera presente sin caer en un discurso moralizante donde sea yo quien diga lo que está bien y lo que está mal, porque no era en absoluto mi intención. No estoy aquí para dar sermones y además tampoco era ese el tema central de mi película”.
Nada más finalizar sus estudios en La Fémis de París en el departamento de Producción, la idea de este largometraje comenzó a fraguarse en su mente. Dedicó casi cuatro años a la escritura del guion, proceso durante el cual le resultó especialmente difícil dar con el formato adecuado para la película: “Tenía 3040 minutos escritos que contenían el ritmo a la perfección, pero, por alguna razón siempre llegaba un momento en el que la historia se caía en picado y no se sostenía”. En la fase final contó con la ayuda de Salvatore Lista como coguionista, quien ya tenía experiencia previa en largometrajes y cuyo apoyo fue crucial para que el director se sintiera realmente libre a la hora de aportar ideas y crear la atmósfera, la historia y el tempo ideal que la película necesitaba. Aprender a contar historias, dirigir al equipo artístico y entender lo que supone trabajar con el equipo técnico son habilidades que Romain ha ido perfilando en sus cortometrajes previos. De hecho, el 90% del equipo de Les Météorites ya había trabajado con él en su corto anterior, por lo que llegaban al rodaje del largometraje siendo ya un equipo muy sólido.
Explica Romain que ha sido un largo camino hasta aquí y que está muy ilusionado con el estreno en el Zinemaldia: “Rodar el primer largo es cumplir mi sueño de niño. Ahora quiero arrancar la escritura de otro proyecto lo antes posible, aunque tengo claras muchas cosas que haré de manera distinta”.
Amaiur Armesto